En los últimos años, una peculiar costumbre ha ido ganando popularidad en algunos barrios de Lima: los velorios chicha. Estas ceremonias fúnebres se destacan por su enfoque festivo y colorido, rompiendo con el esquema tradicional asociado a los eventos de despedida de los seres queridos.
El término "velorio chicha" hace referencia a la popular música chicha, ritmo que proviene de la cumbia peruana y que se ha ganado el corazón de varios; esta ganó mayor popularidad en los barrios 'picantes' de la capital y se pudo difundir más con la llegada del conocido cantante Chacalón.
A diferencia de los funerales convencionales, donde el ambiente es más sobrio y melancólico, los funerales chicha celebran la vida del difunto y buscan honrar su memoria de una manera alegre y festiva, empleando de fondo música chicha. Incluso, son varios los cementerios que han adaptado esta posibilidad en sus entierros, pues lo ven como una nueva manifestación cultural.
Uno de los aspectos más llamativos y que han dado mucho de qué hablar son las bandas de música que tocan en vivo y en un escenario; esto lo hacen mientras los familiares y amigos del difunto cargan el féretro; a la par que bailan y celebran al son de la canción y sin faltarles un vaso o una botella de cerveza en la mano. De esta forma, transmiten un mensaje de alegría a pesar de la pérdida.
La comida y la bebida también juegan un papel importante en estos funerales. Se sirven platos como ceviche, carapulcra y ají de gallina.
Por otro lado, los funerales chicha no son ampliamente aceptados en todos los barrios y pueden generar cierta controversia. Algunas personas consideran que esta forma de despedida es irrespetuosa o inapropiada, ya que desafía las convenciones culturales y religiosas. Sin embargo, aquellos que apoyan los funerales chicha argumentan que es una expresión legítima de la cultura local y una manera válida de lidiar con el dolor y el duelo.