Cargando...
Sociedad

Cajamarca: el pañón, patrimonio cultural de la nación y de Tacabamba

Técnicas y prácticas de prenda de vestir hecha a mano por artesanas de las comunidades campesinas del distrito chotano de Tacabamba, es transmitida de generación en generación.

larepublica.pe
Los pañones son tejidos por mujeres, cuya técnica ha sido transmitida de generación en generación. Foto: cortesía | Cortesía

Mediante Resolución Viceministerial n.° 000268-2022-VMPCIC/MC, el Ministerio de Cultura, declaró Patrimonio Cultural de la Nación, a los conocimientos, técnicas y prácticas asociadas a la elaboración del pañón tacabambino, del distrito de Tacabamba, provincia de Chota, región Cajamarca; por constituir una prenda de reconocido valor estético y simbólico para la identidad del pueblo tacabambino.

¿Qué es el pañón?

Usted se preguntará, ¿Qué es el pañón?, para el profesor e historiador tacabambino, Augusto Bocanegra Gálvez, el pañón es una prenda femenina de vestir, un rebozo o chal hecho a mano, tan original y artístico que goza de la afición y preferencia de propios y extraños.

"Aparte de ser un tejido útil y hermoso, reviste una singular importancia por la actividad laboral que implica. El pañón es aspiración permanente, inquietud ancestral, sueño, preocupación y desvelo, ocupación amena y trabajo minucioso, arte y oficio característicos. El pañón es disfrute de alegrías y vivencias, alfombra del amor y paño de las lágrimas, de la mujer humilde y laboriosa forjadora de esperanzas y grandezas: la mujer tacabambina", escribió Bocanegra Gálvez en su página web Mi Tacabamba.

Las mujeres tejedoras se han organizado en asociaciones. Foto: cortesía

Los conocimientos, técnicas y prácticas asociadas a la elaboración del pañón tacabambino, son transmitidos oralmente, de una generación a la siguiente, lo que incluye los motivos o diseños iconográficos para el cuerpo del pañón empleando la técnica del ikat, así como el diseño de las blondas. Estos últimos, están inspirados principalmente en aspectos como la naturaleza, el entorno local y la familia.

Respecto a la técnica con que se elabora el pañón, esta se denomina ikat, término que según Dennis Penley provendría del vocablo malayo mengikat que significa "amarrar", y que consiste en amarrar hilos de la urdimbre con el fin de conseguir figuras que se generan luego de que los hilos no amarrados de la trama son teñidos.

Desde un punto de vista histórico, es importante referirse al trabajo de investigación de Laura Martin Miller, quien precisó que hacia 1925 el tejido de pañones también se realizaba en Huancabamba, Piura, siendo San Miguel de Pallaques, Cajamarca, el espacio de producción localizado más al sur. Lo anterior también habría sido advertido por Arturo Jiménez Borja, quien indicó que hacia el mismo año las mujeres de San Miguel, Tacabamba y Huancabamba utilizaban el pañón como parte de su indumentaria cotidiana, por lo menos hasta la década de 1950.

Los pañones empezaron a ser cada vez más empleados como parte de la indumentaria para bailar marinera y tondero en Lambayeque, Piura y La Libertad. Actualmente, estos se siguen empleando como una prenda de gran valor simbólico y escénico en la representación de la marinera norteña.

El saber de las mujeres

Es importante destacar que, como parte del proceso de declaratoria, se identificó 389 personas dedicadas a la elaboración de pañones en el distrito, tratándose prácticamente en su totalidad de mujeres residentes en la ciudad de Tacabamba y las comunidades de Ayaque, Cumpampa, La Quinta, Las Tunas, El Naranjo Bajo, Luzcapampa Alto, Luzcapampa Bajo, Cardón Bajo y La Laguna. Esto evidencia el rol protagónico de las mujeres en la transmisión intergeneracional de estos saberes, así como la importancia de Tacabamba y Ayaque como núcleos de producción del pañón.

El pañón se ha innovado al estilo multicolor. Foto: cortesía

La producción del pañón tiene lugar a lo largo de todo el año, siendo su temporada de fabricación más alta hacia setiembre debido a la costumbre instalada de ofrecerlos a la venta en el marco de la Fiesta Patronal en honor al Señor de la Misericordia.

Bocanegra Gálvez, en Mi Tacabamba, indica que en estos lares las mujeres conservan con sus manos una de las tantas peculiaridades de su terruño: los pañones; y es que en ningún otro lugar los hacen tan buenos, bonitos y baratos. Ellas los usan como tapado en reemplazo de la lliclla de lana o bayeta y como cargador según se acostumbra para llevar a sus bebés a la espalda o amarrados al costado mientras siguen trabajando en otros menesteres.

Los que saben las bondades de este tejido acuden a Tacabamba para comprarlos, o los que por paseo o por conocer "la sucursal del cielo" viajan a esta "tierra de las limas", adquieren el pañón como recuerdo, los turistas en especial, aprecian sobremanera esta muestra de artesanía.

Los pañones son manufacturas tejidas en algodón, de forma rectangular, con flecos en los extremos llamados blondas. Los de tamaño grande miden tres varas y una cuarta (2.70 m) y los chicos dos varas (1.66 m); el ancho es de una vara y una cuarta (1.04 m) y una vara (0.83 m) respectivamente.

Las blondas artísticamente amarradas o laboreadas miden 0.30 m por el ancho del pañón. Su color varía entre el azul intenso, azul claro y el blanco. Recientemente, se está innovando el estilo multicolor. También se están generalizando nuevos usos, como adornos en las salas, sobremesas en los comedores, tapado de muebles y asientos de carro, moda de turistas, atuendo de marinera, etc.

Tradicionalmente, se hacen en tres estilos: fondo azul, fondo blanco y de dos ases. El pañón de fondo azul es el más generalizado o popular, sus jaspes blancos le dan característica presentación. El de fondo blanco es más artístico y elegante, requiere de mayor trabajo y por supuesto, es mucho más costoso que el primero.

El de dos ases es la combinación de los dos anteriores, fondo azul, por un lado, y fondo blanco por el otro. Estos pañones los confeccionan a pedido de las personas de gustos refinados.

Ante esto, la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Cajamarca y la comunidad de portadores y portadoras, tendrán a su cargo la elaboración de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada cada cinco años, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.