En el club campestre Candamo, ubicado en Carabayllo, un niño de 11 años sufrió la amputación de uno de sus dedos al deslizarse por un tobogán de la piscina. Tras el accidente, la madre del menor lo condujo hacia el hospital Sergio Bernales, perteneciente al Ministerio de Salud; sin embargo, aseguró que el personal se negó a atender la emergencia debido a que el menor es asegurado de EsSalud.
Ante la grave denuncia, la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) abrió una investigación contra el hospital Sergio Bernales y enfatizó, por medio de un comunicado, que la atención de emergencia debe garantizarse sin importar la condición de aseguramiento del paciente.
Si se comprueba la vulneración de derechos de salud, de acuerdo con el nivel de responsabilidad, la superintendencia podrá sancionar al centro. La penalidad va desde una amonestación y cierre del establecimiento hasta una multa de 500 UIT para los casos más graves, lo que equivale a S/2 475 000, conforme al reglamento de infracciones y sanciones de Susalud.
En este sentido, Susalud exhortó a todas las autoridades y personal de establecimientos de salud públicos y privados al cumplimiento de su obligación para la protección del derecho a la atención por emergencia, que se debe brindar a todo paciente de forma inmediata y sin condicionamientos.
Además, la entidad recalcó que toda persona tiene derecho a la atención por emergencia, tenga o no tenga seguro, y cualquiera que sea, incluso si no existiera. Ni siquiera la identificación es motivo para retrasar su atención, si es que el paciente no cuenta con su DNI durante el momento del contratiempo.