Hace 17 años, el 6 de febrero, un niño de 11 años fue acribillado cruelmente por un grupo de delincuentes que huía a bordo de una camioneta tras haber cometido un asalto a 45 de pasajeros de ocho vehículos de transporte en el paraje Jaihuash, distrito de Pazos, provincia de Pampas (región Huancavelica). Una de las víctimas escapó y caminó algunos minutos para pedir ayuda en el poblado más cercano: Quishuarcancha.
Los gritos alertaron a los moradores. Un grupo se fue hasta el lugar de los hechos y otro grupo inició el bloqueo de la vía con piedras, palos y otros objetos. En este último conjunto, se encontraba Bily Silva Quilca, quien se sumó a las labores desde un principio.
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Después de un tiempo, los facinerosos llegaron hasta este punto y comenzaron a disparar al aire, lo que ocasionó que los presentes huyeran. Bily, sin embargo, los enfrentó lanzándoles una piedra al parabrisas: su accionar fue respondido con un disparo que le ocasionó la muerte.
Los hampones huyeron y, posteriormente, se enfrentaron a balazos con dos efectivos que los detuvieron en el distrito de Pucará: tres rateros murieron y un policía resultó herido. Aquellos que lograron huir fueron capturados en otros distritos.
El 13 de febrero de 2006, en la Resolución Suprema 157-2006, el menor fue declarado “Niño Héroe de la Seguridad Ciudadana” y recibió la condecoración de la orden al mérito de la PNP por haberse inmolado en la lucha contra el crimen organizado. Desde aquella situación, recibe un homenaje público a cargo de esta institución.