El 9 de diciembre del 2022, después de un día de trabajo, José Gabriel Silva, manejaba una bicicleta rumbo a su hogar. Si es que hubiera llegado, probablemente, se hubiera sentado en el sofá de su sala para ver un partido del Mundial. Eso nunca sucedió. Tampoco ocurrió 58 días después. ¿La razón? Su trayecto fue interrumpido por un grupo de secuestradores, quienes lo subieron a la fuerza a un auto azul y mantuvieron cautivo por más de mes y medio en una vivienda en San Juan de Lurigancho (SJL).
Fue la avenida Universitaria, en el distrito de Los Olivos, el escenario de este hecho. Allí, de acuerdo con el registro de la cámara de seguridad, un hombre venía siguiendo el rumbo del empresario. Luego, un auto azul, donde iban otros dos implicados, se estacionó cerca de él y, muy rápidamente, los malhechores lo subieron a la fuerza.
Como todo secuestro, acaparó la atención de los medios de comunicación nacionales; sin embargo, un detalle lo hizo diferente a los delitos de ese tipo: los delincuentes exigían a la esposa de la víctima la exorbitante suma de un millón de dólares. “Si no pago lo que me piden, ellos me lo hacen llegar por pedazos”, declaró Cleofé Cieza a América TV.
Al verse imposibilitados de conseguir esa cifra, los familiares acordaron dar 65.400 soles y un lote de valiosas joyas a cambio de la liberación de su ser querido. El elevado monto fue entregado el 16 de diciembre; no obstante, los criminales solo mandaron a un motorizado para llevarse el efectivo y nunca hubo ni rastros del desaparecido.
“Nosotros les entregamos el dinero, pero nunca lo liberaron”, indicó la esposa del agraviado para La República.
Hasta entonces, el empresario ya llevaba 31 días cautivo y sus familiares no tenían ningún dato que pudiera ayudar a ubicarlo. En lugar de ello, continuaron recibiendo llamadas en las que les exigían dinero e, incluso, el pedido aumentó. Ahora, los captores les ordenaban la entrega de una remesa de ketamina, utilizada en la elaboración de cocaína rosada o 'Tusi'.
Tras 14 días de ser timados por los raptores, el 30 de diciembre del 2022, los familiares del empresario perdieron todo contacto con ellos, luego de que agentes de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) detuvieran a seis implicados en este delito.
Fueron los ciudadanos extranjeros Julia Teresa Carpio Fernández, Gustavo José Maldonado Montero, Alexander David Rodríguez Rojas, Luis Manuel Hernández Bohorquez, Edwin Miguel Fernández Figueredo y Angelo Jean Pierre Medina Hilario, quienes integrarían la organización criminal Los Pargos del Tren de Aragua y tenían en su poder documentos de retiro de dinero a nombre de José Gabriel Silva.
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El último 5 de febrero, tras 58 días secuestrado, José Gabriel Silva pudo ver a su familia de nuevo. Sin embargo, este feliz desenlace nada tuvo que ver con la Policía Nacional del Perú (PNP), puesto que fue el empresario quien, por sus propios medios, logró escapar tras un descuido de los vándalos.
Luego de huir, de una de las tantas viviendas en SJL donde lo mantenían cautivo, fue a su casa de Los Olivos y se reunió con su esposa e hijos. Entonces, se comunicaron con la PNP para ayudar con el rescate de un colaborador del empresario que también había sido secuestrado.
Al llegar al lugar, los efectivos hallaron al agraviado José Luis Camargo Castillo (23) maniatado y en estado de shock. Él contó que fue secuestrado en la zona de Puente Nuevo, frente a El Agustino.
Posteriormente, los policías detuvieron a Gabriel José Albornoz y a Zugeidys del Valle Pereira Guillén (20), integrantes de la banda delincuencial Los Pargos del Tren de Aragua, quienes habrían cobrado parte del rescate solicitado a la familia del empresario y, además, poseían el celular con el que realizaban las negociaciones.