El mural artístico de la Universidad Nacional de Trujillo, denominado Pinacoteca Artística de la Historia Milenaria Regional, tiene un área de 4.500 metros cuadrados y está compuesto por 45 millones de piezas de mosaico de un centímetro cuadrado de tamaño. Se trata de un patrimonio cultural de la ciudad primaveral y, por ello es considerado como un atractivo turístico de la región La Libertad.
La obra es el mural mosaico más grande de Latinoamérica y es una muestra artística que refleja la evolución del hombre en motivos clásicos.
El proyecto de esta obra se inició en 1992 con la participación de Rafael Hastings, autor del diseño, y Carlos del Mar, quien supervisó su ejecución.
Durante dos años de gestiones, se consiguió el presupuesto, el material y las personas adecuadas para el trabajo artístico. En 1992, se realizó la convocatoria a artesanos y artistas egresados de la Escuela de Bellas Artes de Trujillo.
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Se seleccionaron 16 artistas y 11 obreros, quienes se encargaron de determinar los métodos apropiados para ejecutar la obra: escoger el material, obtención de los mosaicos de un centímetro cuadrado, el pegamento apropiado, entre otros detalles. Se optó por el mosaico, ya que este tiene la ventaja de eternizarse, por ser arcilla vitrificada.
Mural 2
El 18 de febrero de 1994, se comenzó con el pegado de los mosaicos en la estructura del mural. En estos se dibujó antes el diseño de Hastings a escala.
La obra se inició en el muro de la Universidad Nacional de Trujillo de la esquina de las avenidas Juan Pablo II y Jesús de Nazaret, donde el artista Rafael Hastings preparó el diseño con motivos prehispánicos plasmados en escenas de los relieves de Chan Chan, como aves ubicadas en la superficie con colores cálidos, panoramas de sitios arqueológicos y temas rupestres inspirados en las pinturas del cerro El Chivo de Lima.
Posteriormente, representó la evolución del hombre en motivos clásicos y con paisajes de cañaverales, pantanos, platanales y animales marinos, como el cangrejo. Terminó la primera etapa con un oleaje de mar.
Por su parte, el artista Hernán Pacheco Vega contó a La República que empezó a trabajar en el mural en el 2003, junto con nueve de sus colegas, en el tramo que empieza en la culminación de la av. San Martín con av. Juan Pablo II.
Narró que a cada uno le dieron sus paneles de 4,5 metros, algunos avanzaban y otros se quedaban, y se retiraron porque no cumplían con los plazos establecidos.
Otro segmento de la obra artística. Foto: Pinterest/Marcela Ganoza Cabrejos
La falta de presupuesto, las lluvias del fenómeno de El Niño y la pandemia de la COVID-19 fueron factores que retrasaron la culminación del mural, manifestó el artista.
Fue recién en diciembre del 2022 que se logró acabar esta obra de cientos de amantes del arte. En los trabajos finales, participaron los artistas plásticos Sofía Reátegui, Liliana Villoslado y Hernán Pacheco.
“La industria de la cerámica, tiene que ser incentivada por el Estado y, por ende, apoyar a los artistas emergentes a nivel nacional con el material, ya que el Perú tiene una de las canteras más ricas en arcilla del mundo”, comentó Hernán Pacheco.
“Solo queremos un punto de apoyo para embellecer al mundo”, finalizó.