Amigos y vecinos de Xiomara García, una ciudadana cubana fallecida en el Perú, se congregaron en las afueras de la Morgue Central de Lima para pedir a las autoridades judiciales disponer del cuerpo de la extranjera con el fin de darle una sepultura digna antes de que este sea puesto en una fosa común.
Según refirieron estas personas, García residía en el país desde hace 60 años, hasta la fecha de su muerte, acaecida en agosto último. Desde el momento de su fallecimiento, su cuerpo ha permanecido internado en las instalaciones mortuorias sin que nadie haya podido retirarlo.
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La razón para esta situación, declararon los vecinos, es que la extranjera no contaba con familiares ni con descendientes directos, por lo que legalmente no hay nadie autorizado para poder hacerse cargo de sus restos.
Una de las personas interesadas en reclamar el cuerpo de García es Gleni Bruckman, quien afirma haber tenido una relación casi familiar con la fallecida y quien denunció que no se le ha permitido disponer de su cadáver.
“Yo vengo reclamando (el cuerpo) desde agosto, desde el primer día que falleció. Yo he estado aquí moviéndome de aquí para allá, hablando con el fiscal, pero siempre nos han dado la espalda. Ella, prácticamente, nos ha criado a mí, a mi hermano y a mis hijos”, señaló Bruckman.
De acuerdo a lo revelado por los demandantes, el fiscal a cargo del caso negó la entrega de los restos debido a la carencia de vínculos sanguíneos comunes, y, en consecuencia, ordenó la entrega de los bienes de la adulta mayor a la Beneficencia de Lima.
De acuerdo a disposiciones de ley, si una persona fallece sin tener familiares directos o representantes legales para hacerse cargo de sus restos, estos deberán ser pasados a una fosa común, dado que en nuestro país solo se reconocen este tipo de vínculos. Es decir, amigos o vecinos de una persona no podrían disponer de su cadáver.
Asimismo, en el caso de sus bienes, según dispone la misma norma, pasan a disposición de la Beneficencia de Lima.