Las actividades en el aeropuerto Jorge Chávez, tras el trágico accidente del último viernes, se reanudaron ayer a las cero horas; sin embargo, a pesar de ello, decenas de pasajeros en distintas regiones del país seguían sin poder viajar o tener una fecha próxima para hacerlo, pues las aerolíneas ni siquiera les habían llegado a reprogramar su vuelo.
Este es el caso de 96 alumnos de quinto de secundaria y sus seis docentes que se quedaron varados en Tarapoto, a donde fueron por su viaje de promoción desde Ica. El grupo, que debía volver a Lima el sábado por la mañana, aún permanecerá en la región de San Martín hasta el jueves. Esa fue la “solución”.
Ingrid, madre de uno de los menores, sostuvo que Latam, por medio de la agencia Costamar Travel que hizo la compra, manifestó que debido a que se trataban de muchas personas era difícil hacerlos viajar juntos. Asimismo, indicó que las familias deben cubrir todos los costos que implica quedarse más días que no estaban previstos. “Hay padres para quienes (estos gastos) salen de su presupuesto”, dijo a La República.
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Sumado a este caso, la congresista Ruth Luque también compartió otra denuncia, que involucraba a la aerolínea Latam. La persona tenía un vuelo programado hacia Cali, Colombia, para las 2:15 p.m. de ayer; no obstante, pretendían reprogramarle el viaje para el sábado 26, pese a que había vuelos para hoy. “Un abuso descarado”, señaló el afectado. Otros pasajeros vivieron lo mismo.
Pero esta no fue la única aerolínea con la que los ciudadanos tuvieron problemas.
Desde Cusco, Milenka contó a este medio que se vio obligada a comprar otro pasaje de retorno a Lima, después de que la empresa Sky Airlines le reprogramara su regreso para el 31 de diciembre del próximo año. En un inicio ella tenía un vuelo para cerca de las 4 p.m. del viernes 18, menos de una hora después de la colisión entre el avión de Latam y el vehículo de bomberos que dejó a dos muertos. “Siempre (la empresa) indicaba que estaba todo saturado”.
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Desde el Jorge Chávez también hubo varios pasajeros que reclamaron la falta de atención de Sky Airlines. A ellos les dieron una tarjeta con números con los que debían comunicarse, pero no lograban contactarse con nadie. “Ingresamos nuestros datos para poder reprogramar, pero no aceptan”, refirió una joven.
Ante lo ocurrido, Milenka comentó que tiene previsto, con otras personas, hacer su queja ante el Indecopi, que ha brindado un número para que los afectados puedan ser atendidos. La entidad exhortó a las aerolíneas brindar información clara a los pasajeros.
En tanto, las empresas informaron que las reprogramaciones podían hacerse sin costo. También dijeron que brindaron vías de contacto, a través de los cuales muchos pasajeros pudieron solucionar su problema. Sin embargo, varias otras decenas no pudieron hacerlo, como Milenka.
Además de la cancelación de su vuelo, un ciudadano argentino fue víctima de un robo al interior del Jorge Chávez. Un joven que debía cuidar sus pertenencias por unos minutos terminó por llevárselas. Martín, quien esperaba en el aeropuerto desde el viernes, perdió todo, excepto su pasaporte que, afortunadamente, llevaba consigo mismo.
El extranjero relató que le sugirieron realizar la denuncia en una comisaría y cuando se acercó a una, le dijeron que, al ser turista, debía reclamar en el aeropuerto; no obstante, allí no le mostraban las cámaras de seguridad tampoco. “Estoy a la deriva, no tengo nada”, aseveró.
Ayer, desde el Callao, le dieron el último adiós a Nicolás Santa Gadea, uno de los dos bomberos aeronáuticos fallecidos en el accidente. En la compañía de bomberos Garibaldi 7, donde él admiraba lo que hacían los hombres de rojo desde sus tres años, fue despedido por familiares y amigos cercanos.
Su padre, Roberto Santa Gadea, también bombero, le dedicó un sentido mensaje a través del cual resaltó cualidades del joven, de 23 años. “Gracias, Nicolás. Gracias, hijo”, expresó el hombre, que llevaba su uniforme. Momentos después, Nicolás fue llevado, acompañado por unidades de bomberos, que hicieron sonar sus sirenas, al cementerio Parque del Recuerdo en la zona de Oquendo.
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Manuel Villanueva Alarcón (31), bombero sobreviviente del accidente, se mantiene delicado y está en UCI. Su diagnóstico fue de un traumatismo encefalocraneano. Según fuentes de Essalud, su situación se habría agravado por una falla renal y colapso pulmonar.