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Sociedad

Daniel Alfaro: “La agenda educativa está muy distraída con temas políticos”

El exministro y presidente de CADE Educación 2022 opina sobre la urgencia de atender lo socioemocional y la recuperación de aprendizajes, así como sobre las decisiones del Ejecutivo y el Congreso.

larepublica.pe
Postura. El presidente de la CADE Educación 2022, Daniel Alfaro, habla sobre la actualidad. Foto: difusión

Sobre la urgencia de atender lo socioemocional y la recuperación de aprendizajes, así como sobre las decisiones del Ejecutivo y el Congreso, comenta Daniel Alfaro, exministro y presidente de CADE Educación 2022, evento que empezará este martes 13. Al cierre de esta entrevista, el ministro Rosendo Serna no les confirmaba su participación.

—En el último CADE demandaban el urgente retorno a las escuelas. Esto año, finalmente, se hizo, pero ¿era lo esperado?

—No, definitivamente, el CADE siempre va a responder a una coyuntura educativa. El 2021 la agenda estaba alrededor del pronto reinicio de clases porque el Perú era uno de los países con más meses de escuelas cerradas. A diciembre, solo el 30% de las regiones regresó a lo presencial con fuerza. Ahí hay un llamado de atención por cómo hemos reaccionado frente a la pandemia. Ahora hablamos de una revolución educativa, porque creemos que la agenda educativa está muy distraída con temas políticos que no necesariamente priorizan el bienestar del estudiante. Los titulares se han llenado de retrocesos en reforma universitaria, conflictos en procesos magisteriales, cuestionamientos a materiales educativos. Más bien, necesitarían darnos sus siguientes pasos para otros temas como la atención de lo socioemocional y la recuperación de aprendizajes.

—Sobre lo político, lo último que se escuchaba del Minedu eran los problemas de la Fenate y el Sutep. En Fiestas Patrias, el presidente no mencionó a la Sunedu. ¿Se atiende lo urgente?

—Siempre es importante el tema magisterial, la reforma universitaria, pero no es lo más prioritario para la recuperación de aprendizajes tras 76 meses de escuelas cerradas. Y no solo lo prioritario en la agenda pública, sino en la atención del presupuesto. Es urgente atender lo socioemocional, los aprendizajes, pero también consideramos que si toda esta crisis por pandemia no la aprovechamos para grandes cambios y más bien retornamos a la misma normalidad, no tiene sentido haber pasado por esta crisis. Tenemos que sacar una oportunidad de esto (...) Un eje importante es la autonomía de las escuelas. No la autonomía que se malentiende como el proyecto de ley de universidades. No es libertinaje. Es autonomía responsable, en la que también repartes recursos. Nuestras propuestas están alrededor de avanzar con el liderazgo de docentes a través de la integración de escuelas (...) Estamos muy enfocados en lo que preocupa al mundo adulto como los procesos sindicales, las preocupaciones de algunos dueños de universidades con licencia denegada y no pensamos que esos intereses dejan de lado a los del estudiante. (...) Hemos abierto restaurantes, centros comerciales y las escuelas al final. Y después de hacerlo, cuando necesitamos flexibilizar los protocolos para recuperar rápido los aprendizajes, nos hemos demorado meses en liberar la mascarilla, por ejemplo.

—El Gobierno ha reaccionado tarde en algunos puntos...

—En el caso, por ejemplo, del retorno a clases, es clarísimo que ha reaccionado tarde y luego en la flexibilización de protocolos para poder ayudar a que los estudiantes se reintegren a sus clases y recuperen aprendizajes.

—¿Considera que existen fuertes retrocesos en las reformas universitaria y magisterial?

—Por supuesto que hay un retroceso en la reforma universitaria con la ley que se aprobó (en el Congreso). Si bien el Minedu lanzó un informe que me pareció técnicamente bueno, en el que se observó la ley, hubiera sido más prudente sacarlo desde que se discutía en la Comisión de Educación (...) Luego, cuando salió lo de materiales educativos y no los observó, ahí sí creo que hubo una falla muy fuerte. Entonces, sí creo que por ahí podría haber una mayor proactividad.

—Hace un momento, habló de una agenda educativa distraída con temas políticos. ¿Agenda de quién?, ¿del Gobierno?

—Cuando hablamos de una agenda educativa, siempre pensamos en la agenda del Minedu. Que él la plantea y todo el mundo sigue. Y si bien es el ente rector y constitucionalmente es el que debe darnos esa visión clara del futuro, no solo depende del Minedu. Cuando hablamos de agenda educativa, es una agenda consensuada de la sociedad, en la cual todos apostamos por una mejor educación y tenemos responsabilidad de ello. Por eso hablamos de una revolución educativa de abajo hacia arriba.

—Pero también está el Congreso. Vemos leyes como la contrarreforma o la de textos escolares. ¿También cumple su labor en el tema educativo?

—Lamentablemente, la actuación del Ejecutivo —que no ha estado a la velocidad que la emergencia determinó o necesitó— ha abierto un espacio para que el Congreso tenga más participación en la agenda educativa y eso se ha dado a través de leyes que no estaban alrededor del interés del estudiante.

—A raíz de esto, exministros, incluso, hablan del fin de ciclo de reformas. ¿Usted lo cree?

—Lo que queremos con el CADE es repensar las reformas y mejorar lo que se tenga que hacer. No queremos enfrascarnos en discusiones hacia atrás, sino en una agenda alineada con el interés del estudiante. Por eso convocamos a todos los actores para compartir las preocupaciones, y con ese consenso hacer un decálogo de 10 compromisos que todos asuman (...) Doy una acción puntual; por ejemplo, se habla de incrementar el sueldo base de docentes. Importantísimo. Creo que todavía hay espacios de mejora, pero también combinarlo no solo con subir el sueldo, sino contratarlos por más horas. (...) Beneficias al docente, pero también piensas en los alumnos.

—Tenemos retroceso de aprendizajes, retorno desigual a las escuelas, afectación en los más pequeños en esta pandemia. ¿Esto aún es reversible?

—La primera respuesta que tengo es que no podemos darnos por vencidos nunca. Es el principio de la resiliencia. Hay que encontrar la forma de salir de esto. Tenemos rutas específicas para mejorar; por ejemplo, la formación inicial de docentes, la capacitación a directores, la primera infancia... En el cierre del CADE, donde solo aparecían figuras de máxima autoridad, ahora habrá un estudiante, un director de colegio, un profesor y una madre (...) Queremos inspirarnos para decir que sí es posible tener una revolución de abajo hacia arriba (...) que nos escuchen arriba, que nos escuche el ministro, el Congreso.

—Justamente, en la última sesión estaría el ministro Rosendo Serna, así que van a poder plantearle sus soluciones y lo que quedaría es que quienes tomen la decisión las apliquen.

—Bueno, hago un llamado para que el ministro participe. No nos ha confirmado. Tiene la agenda complicada. De hecho, nos ha dicho que no puede.

—¿No va a participar el ministro de Educación?

—Hasta ahora (jueves) no, pero yo sí le hago la convocatoria. Estamos todos, falta él.