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Sociedad

¿Te acuerdas del Museo de la Santa Inquisición? Estos son los motivos por los que se cerró

En 2016, la entonces presidenta del Congreso Luz Salgado anunció la restauración integral del museo de la Inquisición. Seis años después, sigue cerrado y los trabajos no han terminado.

Museo del Congreso y de la Inquisición fue fundado en 1968. Foto: composición LR / Andina

El Museo del Congreso y de la Inquisición, fundado en 1968, era uno de los que recibían más visitantes al año, hasta que en 2016, por obras de restauración, fue cerrado.

La fujimorista Luz Salgado señaló entonces que el motivo era que desde 1997 no se habían realizado trabajos para conservar el lugar. Además, le informaron que las estructuras se encontraban muy dañadas e incluso algunas paredes tenían riesgo de colapsar.

En mayo de 2016, en la página oficial del museo comunicaron la suspensión del servicio “hasta nuevo aviso”. Un aviso que, más de seis años después, no llega.

Museo del Congreso y de la Inquisición

La Inquisición durante el virreinato

La importancia histórica del Museo del Congreso y de la Inquisición recae en que, durante el Virreinato del Perú, fue sede del Tribunal de la Inquisición (de ahí el nombre). Además, en este mismo establecimiento —de 1822 hasta 1939— funcionaba el antiguo local del Senado.

Considerado patrimonio cultural, este lugar protegía la memoria histórica de una de las épocas en las que ocurrieron las torturas más sanguinarias por parte de la Iglesia católica.

La existencia de la Inquisición no solo responde a asuntos religiosos, sino también a políticos y sociales. Desde 1560, algunas personas empezaron a cuestionar el régimen colonial y aspectos como justicia, economía, la condición del indio, moral de clero y la evangelización. Por ello, en 1568 se encargó al virrey Francisco de Toledo la reforma del Gobierno, economía y sociedad. Por su parte, los inquisidores Servando de Cerezuela y Andrés de Bustamante velarían por la defensa de la moral y de la religión católica, como señala el historiador Pedro Guibovich en una reseña.

La tarea de la Inquisición, también conocido como Santo Oficio, fue reevangelizar a la población y ejercer la censura. Se castigaba la adivinación y la blasfemia por ser “ofensas a Dios”; asimismo, defendían la práctica sacramental.

Museo de la Inquisición está cerrado desde el 2016. Foto: Andina

La censura se ejercía con el control de la literatura impresa y manuscrita. La Inquisición estableció sistemas de vigilancia para que no se difundan libros o cualquier tipo de escritos que contengan ideas contrarias a la fe católica.

Pese a ello, “la Inquisición fue un tribunal que tuvo un campo de acción bastante limitado y especializado, que intervenía solo en asuntos de dogma o en defensa de la fe”, destaca el historiador Gerardo Lara.

Además, detalla que esta institución no tenía jurisdicción sobre los indios, quienes estaban bajo el control directo de obispos y extirpadores de idolatrías. Eso sucedía porque eran considerados “cristianos nuevos” e “individuos miserables” necesitados de protección.

“Los castigos por este ejercicio (de hechicería o adivinación por parte de indios) no eran torturas como el potro o la quemadura de pies, como usualmente se piensa. De hecho, sí había algún castigo físico (azotes o cepos), pero lo usual era mantenerlos encerrados y aislados para evitar que ‘infecten’ al resto de la población”, señala.

La Inquisición, sus condenas y torturas —no exclusivas del Santo Oficio— son aún temas que no todos los peruanos conocemos a profundidad. Muchos podrían creer que el Tribunal de Lima procesó a decenas de miles de personas, pero el hecho es que se aplicaron sus disposiciones a poco menos de 1.500 y se condenó a muerte solo a 32.

Muertes condenables en todo aspecto, al igual que las formas en las que procedieron los castigos. Fernando Ayllón, jefe del Museo del Congreso y de la Inquisición, comentó en entrevista para El Comercio que las artes y ficciones han contribuido en gran parte al desconocimiento de lo que ocurrió en la época, y a tener una visión exagerada del Santo Oficio.

Allí reside la importancia de los museos, y de uno como el de la Inquisición, que se mantuvo en el virreinato del Perú. Hace seis años, los peruanos se ven privados de ahondar en este tema con visitas al museo especializado.

La restauración de un lugar así de importante no debería tardar tanto tiempo.

Aún no culminan las obras en el Museo de la Inquisición

En marzo de 2022, la Comisión Especial Multipartidaria del Bicentenario recibió la disponibilidad y apoyo técnico del Ministerio de Cultura y de Prolima para que los trabajos culminen en un plazo cercano.

Carlos Roldán del Águila Chávez, titular de la Dirección General de Museos del Ministerio de Cultura, consideró que la situación crítica en que se encuentra en la actualidad el monumento por el transcurso del tiempo, la naturaleza (actividad sísmica, humedad) y la acción humana (contaminación ambiental, los diferentes usos dados al edificio y modificaciones) implica un mayor esfuerzo.

¿La ciudadanía tendrá que esperar otros seis años para que las obras del Museo del Congreso y de la Inquisición culminen?