El pasado miércoles 2 de junio, una mujer y su hijo, una persona con autismo, sufrieron el ataque de un perro de raza pitbull en la urbanización Santoyo, ubicada en el distrito del Agustino. Según manifestó la afectada, Hellen Ramón Grados (35), los hechos se dieron mientras ella y el menor caminaban por una calle del distrito en dirección a una tienda.
Fue en ese momento en el que ambos fueron víctimas del ataque del can, perteneciente a una vecina del lugar, identificada como Luz Alicia Pérez Rosas. “La dueña del animal salió y dijo ‘es mansito’ y caminó unos ocho pasos y el perro atacó a mi niño”, contó Ramón Grados.
La mujer intentó defender al menor del ataque del can, y se atravesó para colocar su cuerpo a modo de escudo con el fin de evitar un fatal desenlace. No obstante, como consecuencia fue ella la que llevó la peor parte de las mordeduras, sufriendo heridas en diversas partes del cuerpo al igual que su hijo, quien fue ayudado por un vecino de la zona, que levantó del suelo para que no tuviera que hacer frente al perro.
“Ha intentado matar a mi hijo, el perro agarró la cabeza de mi hijo. Si yo no pongo mi cuerpo ahora mi niño estaría muerto. El perro muerde mi pierna y otra persona, un vecino o vecina que no vi, levantó a mi hijo al aire y el perro saltó hacia mi hijo, pero ya no lo pudo morder”, manifestó la mujer.
Por otro lado, Hellen Ramón señala que la dueña del animal hasta el momento no se ha hecho cargo de la situación causada por su mascota y, muy por el contrario, había intentado ofrecer dinero a su hermano para que desistiera de colocar una denuncia ante la comisaria del sector, oferta que no fue aceptada por parte de su familiar.
“La dueña del perro quiso hace un trato con mi hermano, pero el trato era que mi hermano no denuncie, pero mi hermano la denunció porque se tiene que hacer justicia”, contó Ramón Grados.
Ante los daños sufridos, la afectada pidió que la vecina responsable asumiera el costo total del tratamiento, dado que no cuenta con medios para poder costearlo, sumado a que, a consecuencia de sus heridas, no puede trabajar. Asimismo pidió ayuda a las autoridades para poder recibir apoyo psicológico, tanto para ella como para su hijo, él cual ha resultado con traumas producto de este episodio.
“Mi hijo se levanta en las madrugadas con miedo. Mamá, mamá, el perro nos va a comer. Mi niño está traumado, mi niño es autista y está asustado por el perro, no duerme, no quiere ir al colegio”, declaró.
Ramón Grados denunció que no es la primera vez que Luz Pérez Rosas deja al can fuera de su casa, el cual además no estaría vacunado, lo que constituiría un riesgo extra para las personas afectadas dado el riesgo de enfermedades e infecciones que podrían derivar de las heridas.