El cambio climático y la deglaciación de nevados volvieron a causar alarma y destrucción en Cusco. Esta vez fue el desprendimiento de bloques de hielo del glaciar Ausangate, ubicado en el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi.El alud cayó sobre la laguna Uspicocha y la desbordó.
Sus aguas discurrieron con furia y arrasaron con dos viviendas de la zona de Upispampa, otras ocho quedaron afectadas. 4 puentes peatonales derribados, una bocatoma con daños y extensos campos de cultivo perdidos. “Las consecuencias no fueron fatales porque estamos en época de estiaje. De ser temporada de lluvias, las consecuencias pudieron ser peores”, explicó el director de la Oficina de Gestión de Riesgos del gobierno regional Cusco, Roberto Vidal. Dicha dependencia y defensa civil de Ocongate realizan las tareas de respuesta al desastre.
Según el funcionario, la emergencia cesó, pero se instalará un Sistema de Alerta Temprana como medida de prevención. El proceso de deglaciación del nevado representa una amenaza constante.
Según el libro “Inventario nacional de cordilleras glaciares del Perú” del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) de 2016, esta cadena de nevados sufre un proceso vertiginoso de deglaciación por el calentamiento global.
Vidal mencionó que llevaron ayuda humanitaria para las familias afectadas como calaminas, abrigo y alimentos. Sin embargo, quienes perdieron sus casas fueron a refugiarse donde sus familiares. Asimismo, se realiza la limpieza de la bocatoma que abastece de agua a nueve comunidades con maquinaria pesada.
En el 2010, el desprendimiento de bloques de hielo del nevado Chicón, en Urubamba, causó el desborde de la laguna Pucacocha y este a su vez, un huaico que arrasó con más de 300 viviendas. El aluvión cubrió con piedras y lodo amplias áreas de cultivo y destruyó numerosas viviendas en las localidades de Yanacona, Chichubamba y San Isidro de Chicón. Las toneladas de material causaban al mismo tiempo el desborde de las aguas del río Chicón, que llegó a inundar casas, negocios, colegios y las principales calles de Urubamba.
En el 2020, un hecho similar se registró en Santa Teresa (La Convención). El desprendimiento de un nevado y las intensas lluvias motivaron un aluvión que enterró varias comunidades. “Son hechos similares atribuidos al cambio climático”, puntualizó el director del COER.
El director del COER, Roberto Vidal mencionó que un reciente monitoreo en el nevado Ausangate identificó la aparición de nuevas lagunas que deben ser represadas para evitar desbordes. Asimismo, propondrán acciones de siembra y cosecha de agua para contrarestar el cambio climático que amenaza a los glaciares como el Ausangate. Según estudios, podría desaparecer en 100 años.