Puno. Vecinos del jirón Benigno Ballón y transportistas del terminal privado de Tupac Amaru fueron protagonistas de conatos de bronca. Los vecinos exigen su cierre por la bulla y la congestión vehicular que se genera en la zona debido al funcionamiento del terminal.
La medida se gestó porque los residentes del lugar se cansaron de vivir con ruidos estruendosos que provocan los jaladores que apelan a megáfonos. El bullicio es de todos los días entre la 1.00 a. m y las hasta las 23.00.
El problema no solo es con los transportistas que hacen uso del terminal, sino con quienes han convertido la cuadra 6 y 7 en un terminal público generando caos y desorden.
Quienes captan pasajeros desde fuera del terminal son transportistas, los cuales se rebelaron a seguir pagando constantes incrementos mensuales por el uso de rampas. Los conductores hacia Arequipa denunciaron que el alquiler mensual de la rampa con destino a la región mistiana tiene un costo de 30.000 soles mensuales. El monto es asumido en cuotas por los socios de distintas empresas que cubren la ruta Juliaca-Arequipa.
Los vecinos culparon al administrador del terminal, Leopoldo López Rodríguez, de generar los problemas porque al cobrar montos elevados por alquiler, los conductores creen que tienen el derecho de hacer lo mejor que les parece para captar pasajeros. Incluso se invade la vereda.
Asimismo, pidieron al municipio que cierre el terminal, el cual tiene permiso para transporte interprovincial, pero también aborda pasajes hacia otras regiones.