En el 2014, en el colegio San Fernando de Ucayali iniciaron un programa de educación sexual integral entre padres, profesores, alumnos y comunidad en general. El objetivo fue que se hable de educación sexual integral (ESI) con libertad para que los adolescentes tomen decisiones debidamente informados, ya que el registro de embarazo en este grupo etario era alarmante.
“Cuando nosotros iniciamos en 2014 con la intervención, la organización Manuela Ramos empieza a fortalecer nuestras competencias como maestros y nosotros trabajando a través de las escuelas con familias, trabajando con los estudiantes. Entonces esto (los embarazos adolescentes) disminuye de los 25, de los 15 que en los años anteriores venían dándose; esto comienza a mermar, a bajar”, cuenta Llipolita Ríos, profesora del colegio San Fernando.
A través de las redes sociales, la organización feminista reveló que esta institución educativa redujo en un 80% los casos de embarazo adolescente.
“Hemos llegado al 2019 y solo habíamos tenido tres (embarazos adolescentes) y estábamos contentas por el logro”, reconoce Ríos.
Añadió que al inicio hubo cierta oposición de las madres de familia por desconocimiento. Sin embargo, cuando se fueron informando de lo que se trataba la educación sexual, estuvieron de acuerdo con que se enseñe en las escuelas; además, fueron partícipes de las dinámicas que se daban.
“La educación sexual es una estrategia no solamente pedagógica, es una estrategia del buen vivir. Como digo yo, la educación sexual es la vida misma, es cómo siento, cómo pienso, cómo actúo. Entonces, frente a eso, el estudiante que conoce, que está informado, ya no va a tener prejuicio de que la educación sexual está relacionada con el coito; está relacionada con el sexo”, explica la maestra.
Agrega que la educación sexual integral va desde el momento en el que uno “actúa en la sociedad, cómo me arreglo, cómo me visto. Entonces, es desde mi nacimiento; hasta que yo me vaya de esta vida vivo mi sexualidad”.
El objetivo de este programa, con el que se ha logrado la reducción del embarazo adolescente y la educación de jóvenes en igualdad, es que “los jóvenes conozcan y al final ellos puedan tomar decisiones, pero con base en estar informados. Una buena información”, subraya Llipolita Ríos a las cámaras de la organización feminista.