Miles de feligreses acudieron ayer a la Plaza Mayor del Cusco para recibir la bendición del Taytacha de los Temblores. La imagen no había salido del templo en los últimos dos años debido a la pandemia de la COVID-19 que obligó a suspender las actividades presenciales y que implicaran aglomeración de personas.
Luego de dos años, nuevamente los católicos pudieron expresar en la vieja plaza cusqueña su devoción. La María Angola, campana mayor de la Catedral, volvió a anunciar que la imagen de Jesús había salido a encontrarse con su pueblo. La imagen permaneció en la plaza hasta la noche. Incluso la lluvia no fue impedimento para que se siguiera con las bendiciones.
Los pututos y el cantar de las Chayñas, acompañadas de acordeones, arpas y quenas, volvieron a entonar los himnos quechuas, en honor al salvador.
Fue el arzobispo metropolitano de Cusco, Richard Daniel Alarcón, quien se encargó en abrir la primera de las cuatro bendiciones programadas para lunes santo. El religioso pidió orar por los enfermos y víctimas de la COVID-19, y para que termine las crisis que azotan al mundo.
“Hoy se realiza un hermoso encuentro de Dios con su pueblo (...) estamos viviendo momentos de preocupación como si estuviéramos en medio de una tormenta. Hay miedo e incertidumbre, hoy no tenemos los temblores de la tierra, pero sí los temblores de las crisis, en todo sentido” expresó el arzobispo.
Una fuerte y corta lluvia cayó a media tarde. Ello no inmutó a los fieles devotos, que esperaban con ansias la segunda bendición.