Roberth Orihuela
Arequipa. Los animales que viven en el valle de Pachana, en el distrito de Chuquibamba (Condesuyos) literalmente mueren de sed. Los cadáveres yacen en medio del río Arhata que antes les daba vida a ellos, a un bosque de huarangos y también a más de 250 familias de agricultores. Desde hace más de un año el río fue trancado por la represa de Arhata, que se encuentra casi finalizada. Esta almacena el recurso hídrico para ampliar la frontera agrícola en los distritos de Iray y Chuquibamba.
Además, de acuerdo al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), la obra no cuenta con un Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Edgardo Llerena Luque es el presidente del Frente de Desarrollo y Defensa del valle de Pachana. Cuenta que en toda su vida nunca vio tal atrocidad con la naturaleza y con la vida de sus compañeros agricultores. “No tenemos agua potable ni electricidad, pero aquí seguimos. Todos los años cultivamos nuestras chacras en tiempo de lluvia porque no siempre hay agua en el río. Es por temporadas. Lo que llueve en las alturas es lo que permite que subsista la vida en este valle. Aquí criamos ganado, sembramos tubérculos y frutas para nuestras familias. Desde hace un año que no llega el agua por la construcción de la represa y los animales están muriendo”, indica el agricultor mientras muestra las fotos del ganado pudriéndose en medio del río seco.
“Lo peor de todo es que no nos quieren dar agua. Nos han dicho que la represa está en fase de represamiento y de pruebas, antes de que las autoridades den el visto bueno. Mientras tanto seguiremos de sed. Esto a pesar de que tenemos una dotación que la Autoridad Nacional de Agua (ANA) nos ha aprobado desde hace muchos años y el alcalde Miguel Manchego Llerena no está haciendo respetar. La temporada ya casi ha terminado y será imposible que cosechemos ningún producto. La gente que vive de forma permanente está preocupada porque pasada la lluvia no habrá agua para el consumo humano ni para nuestros animales”, refiere Edgardo Llerena.
La obra que el municipio provincial de Condesuyos gestionó con presupuesto del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) tiene un costo de más de S/ 61 millones e inició en 2018. Estaba proyectada para irrigar y ampliar la frontera agrícola en la provincia. Se tenía previsto contar con 2.800 hectáreas de cultivos con proyección al crecimiento económico de los pobladores de Condesuyos.
Sin embargo, el proyecto tuvo muchos problemas en el camino. De acuerdo a la Contraloría, la obra se paralizó hasta en cinco oportunidades y debido a distintos problemas. Uno de los más graves es que no contaba con el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA). También por las fuertes lluvias que se dan en la temporada de verano y luego por la pandemia de la Covid-19. Además de eso, Contraloría detectó que la empresa encargada construyó sin tener en cuenta el expediente. Esto podría ocasionar problemas en la durabilidad de la infraestructura, dice el informe. Todo con la venia de las autoridades locales.
Este medio intentó comunicarse con el alcalde de Condesuyos, Miguel Manchego, para pedirle su versión. Este se negó a brindar declaraciones alegando que no conocía al periodista y pidió hasta el teléfono del gerente de La República para confirmar nuestra labor. “Qué pasa si eres uno de esos pobladores. No, no. Primero me gustaría confirmar”, arguyó el edil.
De igual forma, los agricultores del valle de Pachana denuncian que el burgomaestre no los quiere recibir. “Hemos enviado varios documentos pidiendo audiencia para explicarle nuestra situación, pero se hace negar o alega que tiene otras citas”, indicó Llerena Luque.