Tras el derrame de petróleo ocurrido el pasado sábado 15 de enero en el océano Pacífico desde la refinería peruana de La Pampilla, más de 25 playas y a dos áreas naturales protegidas se han visto afectadas.
Representantes de asociaciones de pescadores de Ventanilla y la costa norte, junto con representantes de federaciones indígenas amazónicas informaron que se reunirán el viernes 25 con el relator de Naciones Unidas (ONU) sobre Sustancias Tóxicas y Derechos Humanos, Marco Orellana. Esto con el objetivo de visibilizar los problemas que enfrentan las poblaciones afectadas por derrames petroleros y pasivos ambientales de hidrocarburos en costa y Amazonía.
“La expectativa es que el relator lleve la voz de los directamente afectados, necesitamos colocar en la agenda internacional lo que está sucediendo realmente en el Perú ... las recomendaciones que el relator presenta al Estado, aunque no son vinculantes, son importantes para el cambio de política ambiental del Estado”, señaló María Elena Foronda, Directora del Instituto ambientalista Natura.
Cabe precisar que el derrame de Ventanilla se suma a más de 1.000 que han ocurrido en el territorio nacional entre 1997 y 2021, de acuerdo al Subgrupo de Derrames Petroleros de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). Además, la actividad petrolera ha dejado más de 3.000 pasivos ambientales de hidrocarburos a lo largo del territorio nacional, concentrándose especialmente en las costas de Piura.
“En un escenario de cambio climático, y siendo uno de los países con mayor biodiversidad en la Amazonía, en la sierra y en el océano, la extracción de petróleo es un atentado contra la vida y la salud humana”, agregó Foronda.
Entre el 21 y 26 de febrero el relator de Naciones Unidas (ONU) sobre Sustancias Tóxicas y Derechos Humanos, Marco Orellana, realizará una visita académica al país y visitará sitios impactados por metales tóxicos e hidrocarburos en Loreto y Cusco.