Altos, delgados, de unos 25 a 30 años de edad como mínimo, cascos y motos oscuras. Con estas descripciones los investigadores del crimen de dos mujeres ecuatorianas, en el centro de Lima, tratan de identificar a los cuatro sicarios que las mataron por encargo de una mafia de trata de personas y explotación sexual.
La principal pista era buscada entre los videos registrados por las cámaras de seguridad instaladas alrededor de la cuadra 7 del jirón Zepita y la avenida Alfonso Ugarte en el Cercado de Lima.
Una brigada especial de la División de Homicidios, a cargo del coronel Víctor Revoredo, apoyada por miembros de la Sub Unidad de Acciones Tácticas (Suat), realiza desde el domingo un ‘rastrillaje’ por diversos sectores de Lima.
Los datos aportados en forma preliminar por testigos indican que las víctimas eran extorsionadas por una red de prostitución y obligadas a pagar cupos. Por las evidencias halladas en la escena del crimen, asesinos usaron armas compatibles a pistola automática, calibre 380.
Con este dato, y una lista de extranjeros sospechosos, el grupo de élite de la División Homicidios rastrea la ciudad y analiza los videos para tratar de identificar a los sospechosos.
Elvia y Gabriela se encontraban la noche del sábado en esa zona de Lima cuando recibieron la mortal descarga de proyectiles. Mariana, su compatriota, resultó herida por una bala en el miembro inferior derecho, mientras que el peruano Juan Robert Torres Rodríguez (28) fue impactado por otra bala en la cabeza, según confirmaron en el hospital Arzobispo Loayza.
Un hombre bajó de una moto y entró decidido en acción, disparando a quemarropa, sin fallar, mientras el piloto lo esperaba listo para huir. Otros dos sujetos que hacían labor de contención se encontraban cerca, en otra motocicleta lineal. En menos de un minuto asesinaron a dos mujeres y dejaron otros dos heridos.
Esto podría sonar a guion de una película. Pero es algo mucho peor: es una realidad. El comercio de mujeres es un tema del que casi no se habla. Solo periódicamente se insinúa detrás de casos como los de Risso, Los Olivos, San Juan de Miraflores o Barranca.
“El tema tiene que dejar de ser invisible. En nuestro país existen mafias que secuestran mujeres y las prostituyen. Existe un tráfico nacional y también a nivel internacional, entran y salen de la frontera”, dijo un exoficial de la PNP.
En el marco de esta trama de trata de personas con fines de explotación sexual, extorsión, sicariato y muerte, la División de Homicidios y otras unidades de la Policía vienen rastreando la ciudad en busca de los autores intelectuales y materiales de estos delitos.