Puno. Para evitar un desastre, la Corporación Minera Ananea (CMASA) realiza coordinaciones para hacer estallar 32 mil toneladas de rocas que están a punto de caer en el sector de San Ignacio, Santa María y Lago de Oro en el centro poblado La Rinconada, distrito de Ananea de la provincia de San Antonio de Putina.
El superintendente de la Corporación Minera Ananea, Rubén Pelinco, informó que, tras la reunión sostenida con el comité de seguridad de las Cooperativas Mineras de La Rinconada y Lunar de Oro del distrito de Ananea, decidieron intervenir en zonas consideradas de alto riesgo que ponen en peligro a miles de mineros.
La labor inició el último viernes. Continuará hasta el 24 de febrero. Por ahora se realiza estudios técnicos para concretar una voladura controlada con explosivos.
La Rinconada tiene 50 000 habitantes. Es un asentamiento que trepa los nevados de la cordillera oriental donde se encuentran las vetas del metal precioso. En las entrañas de estas cumbres congeladas, se dice, hay tanto oro que a los mineros les faltaría vida para explotarlo.
La montaña está bajo el control de la Corporación Minera Ananea, que subarrienda las vetas a los pequeñas operadores mineros. Estos pueden ser personas naturales y jurídicas. Para explotarlas convocan a cuadrillas de mineros conformadas por perforistas, maquinistas, limpiadores, personal de seguridad, entre otros.
No les pagan sueldo, trabajan 15 días para el operador y lo que explotan los siguientes 15 días es de ellos.
A veces encuentran oro, otras no. El botín lo venden a acopiadores locales y se reparten el dinero. Esta práctica le permite al obrero de socavón disponer de efectivo. En este poblado hay 300 pequeñas tiendas acopiadoras de oro. El intenso movimiento de dinero atrajo a las bandas armadas.