“Yo trabajo con el que mejor me pague”, se escucha decir a un hombre, quien presuntamente habría sido contratado para “hacerle daño” a los nietos de la denunciante.
La mujer, que se hace llamar Genoveva con el fin de mantener su anonimato por temor, denuncia que sicarios de El Tren de Aragua la están amenazando con asesinar a sus seres queridos si no cumple con pagar los 25.000 soles que le exigen.
“Nos están pagando una plata para que le haga daño a su nieto”, le dice el supuesto sicario durante una de las llamadas telefónicas que Genoveva decidió grabar. “Esto es algo serio, si usted va a la Policía, pone la denuncia, créame que vamos a actuar de mala manera”, continúa el presunto integrante de la conocida banda criminal venezolana.
En el mismo audio que Genoveva presenta como prueba, el malhechor le propone “arreglar” el asunto entre ellos, a cambio de que ella “les colabore”. Luego, le plantea revertir la situación y actuar contra los que le habrían contratado, a cambio de un dinero extra.
“Tiene dos nietos gorditos, tres hijas”, le dice el sujeto con el fin de demostrarle que tiene mucha información sobre su familia.
Genoveva sospecha que los autores intelectuales serían dos hombres a los que ella prestó alrededor de 3.000 dólares.
“Ellos mismo me dicen que son personas a las que les cobré de mala manera”, aduce la víctima.
“A estás personas yo les presté el monto más alto y no les cobre mal, simplemente fui y les dije con voz fuerte que tienen que pagarme”, relata la mujer. “Como yo sospechaba de ellos, ayer fui a verlos, pero ya no están. Qué casualidad que han dejado la galería donde trabajaban”, agregó.
PUEDES VER: Dos hombres fueron hallados muertos en plena vía pública en San Martín de Porres e Independencia
Genoveva manifiesta que su actual trabajo es ser prestamista, pero ahora ya no puede movilizarse con tranquilidad, pues los malhechores le han mandado fotografías con sus nietos y un papel con la dirección de su vivienda.
A su vez, refiere que en la comisaría Sol de Oro no le prestaron la atención debida cuando decidió denunciar la extorsión. “Fui a la comisaría, pero quien me tomó la declaración ni siquiera quiso escuchar el audio y solo me dijeron que iban a pasarlo a la Fiscalía”.