A nueve días del desastre ecológico del derrame de 6.000 barriles de petróleo de la empresa Repsol, en La Entrevista, Paola Ugaz conversó con Manuel Pulgar-Vidal, ex ministro del Ambiente, quien resaltó que tanto las respuestas del Estado como la empresa han sido ineficientes.
¿Cómo dimensionas lo que pasó este 15 de enero?
Lo dimensiono como un desastre, como algo muy grave y como una situación de incompetencias. La empresa intenta alegar que esto se produjo por el oleaje anómalo ocurrido por la erupción del volcán en Tonga, cosa que tendrá que probarse, pero ahí recomiendo, sobre todo a los periodistas, a separar las cosas.
Con la Marina y su responsabilidad de dar alerta, lo tenemos por una cuerda separada, pero la responsabilidad de la empresa con este desastre de, al menos, 6.000 barriles derramados en el proceso de descarga de crudo a la refinería los hace absoluta y directamente responsables y sin ninguna capacidad de eludir esta responsabilidad.
Cuando tienes una situación de esta naturaleza, hay un conjunto de reglas que tienen que seguirse y la evidencia muestra que ninguna de estas reglas ha sido ejecutada o implementada.
¿Cuáles son?
Hay protocolos de seguridad para estas labores de descarga y estas siempre tienen riesgos y a la ocurrencia de alguna contingencia implica que, si las normas de seguridad se están ejecutando al 100%, con el personal adecuado, de inmediato se suspende el bombeo y acotas el derrame a una cantidad significativamente menor.
Acá, en cambio, se muestra una incapacidad del seguimiento de protocolos de seguridad y eso me lleva a plantear una hipótesis.
¿Cuál sería?
Mi hipótesis es que el personal a cargo no era el más competente, probablemente no tenía poder de decisión y hasta puedo suponer que quizás era un contratista.
A mí este evento, este desastre me ha hecho acordar a Choropampa. En el año 2000, todos recuerdan que Yanacocha al usar un contratista que no siguió los protocolos transportó sin el debido cuidado cilindros de mercurio que fueron derramados en el camino y algunos otros sustraídos por la población pensando que había oro. Fue un desastre ambiental mayor.
Mi hipótesis es que acá está ocurriendo lo mismo y ojalá las investigaciones puedan demostrar quién estaba a cargo, si había un contratista y por qué no se tomaron los protocolos de seguridad.
Es más grave de lo que estás pensando porque 6.000 barriles de petróleo no se caen tan fácilmente.
La evidencia muestra eso, la investigación tendrá que comprobarlo. Producido el derrame, la gerenta de Relaciones Institucionales de Repsol dijo en un medio de comunicación que no sabían cuál era la magnitud, no sabían cómo calcularlo y que ellos verificaban de la incidencia en el mar.
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Estás hablando de una situación que se produjo entre 2.00 p. m. y 3.00 p. m. y, teniendo en cuenta que, por la temporada de verano, anochece mucho más tarde. Ellos tenían mucho tiempo para verificar cuánto crudo estaba siendo dispersado y, sin embargo, recién a las 10.00 p. m. dan esta noticia.
Si el equipamiento para la contención y limpieza inmediata hubiera estado en su sitio y si el personal para cumplir con esa tarea hubiera estado en sus posiciones, podría haber sido de manera más inmediata, pero es obvio que esto no sucedió.
Lo que yo he logrado saber y reconocido por la propia empresa es que tenían mucho personal con descanso médico por COVID y, a su vez, las tres empresas que suelen subcontratar para esta tarea tenían la misma dificultad. Lamentablemente, en el Perú el Estado y la empresa se pusieron en cuarentena.