Antonio Yagkuag Baais, líder awajún y presidente de las Rondas Campesinas, Urbanas y Nativas (Conar) de Santa María de Nieva, provincia de Condorcanqui, en la región Amazonas, fue asesinado a balazos por desconocidos que luego huyeron en una embarcación fluvial con dirección al Bajo Marañón.
El crimen fue repudiado por organizaciones nacionales e internacionales a través de las redes sociales. También por la comunidad awajún.
El dirigente rondero de 57 años se había enfrentado a mafias de trata de personas y era amenazado, informó la Policía.
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Las rondas campesinas de esa región consideran que sus hermanos nativos son presa fácil de personas inescrupulosas que engañan a mujeres jóvenes. “Las coaccionan, amenazan e insultan; afectando su libertad y violando su dignidad con la finalidad de someterlas a múltiples formas de explotación”, señalaron en la Conar.
Yagkuag Baais había manifestado que su organización recibía muchas denuncias, y que en cumplimiento a sus normas daban cuenta a las instituciones competentes para que sean ellas las que tengan que realizar las investigaciones.
“Nosotros como autoridades indígenas si estamos atentos a cualquier maltrato o abuso contra nuestra gente, pido al Ministerio Público y la Policía, hacer una exhaustiva investigación, de lo contrario, si llegamos a ver que las denuncias no se sancionan, tomaremos otras medidas”, había advertido.
El viernes, al promediar las 4:20 de la tarde, a inmediaciones del puerto fluvial Salinas, Antonio Yagkuag se trasladaba a bordo de una mototaxi, por la avenida Principal, cuando fue interceptado por dos sujetos que sin mediar palabra le dispararon a quemarropa, dejándolo mortalmente herido.
Pobladores que se encontraban en lugar dijeron que los dos sujetos, luego de cometer el delito, se dirigieron al puerto donde los esperaba una chalupa (embarcación) y emprendieron la huida aguas abajo por río Marañón.
El dirigente fue llevado al hospital I Santa María de Nieva, pero los médicos solo certificaron su deceso.
Los indignados pobladores denunciaron que la Policía no reaccionó de manera inmediata para emprender la persecución de los delincuentes y les dieron mucha ventaja.
“Los pueblos indígenas –asháninkas, shipibo-conibo, awajún y cacataibos– somos invisibles para los gobiernos. Las autoridades no nos han protegido ante los ataques y las amenazas que sufrimos a manos de narcotraficantes, taladores de bosques e invasores de tierras. El riesgo que enfrentamos es alto y día a día corremos el riesgo de ser amenazados, heridos o asesinados”, señaló muy preocupado Berlin Diquez, presidente de la Organización Regional Aidasep Ucayali (ORAU).
Antonio Yagkuag Baais tenía 57 años. Era presidente de la Conar. Foto: difusión