El avance en la vacunación contra la COVID-19 no es el mismo en las comunidades indígenas ni en las zonas alejadas del interior, donde solo ha llegado al 20% de los habitantes (con 2 dosis), a casi ocho meses de iniciado el proceso de inmunización en el país.
De acuerdo con la base de datos del Ministerio de Salud (Minsa), de las 309.000 personas que se tienen como meta objetivo, solo se ha logrado inmunizar a 52.400 con dos dosis y a 77.231 con una.
Ahora bien, se debe indicar que el proceso de vacunación en las poblaciones amazónicas se inició el 2 de setiembre, y a la fecha solo se tienen 129.631 dosis aplicadas.
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¿Por qué no hay mayor porcentaje de inoculados? Para el jefe de la Dirección de Pueblos Indígenas u Originarios del Minsa, Julio Mendigure, existen cinco limitantes que han generado este corto avance.
“Está la desinformación de la población sobre las bondades de la vacunación, la influencia religiosa, el déficit de personal y la escasa formación intercultural, la circulación de información fragmentada o distorsionada sobre las vacunas; así como la alta dispersión de la población rural con geografía complicada”, señaló a La República.
Así, debido a la logística y a la lejanía de estos lugares, se ha optado por una estrategia integral que consiste en aplicar la vacuna, en su mayoría Sinopharm, a todos los mayores de 18 años de una comunidad nativa. “El Minsa tiene un enfoque de acercamiento de la vacuna al propio hábitat de la población indígena”.
De acuerdo con el funcionario, de seguir al ritmo en que van, se tiene previsto superar el 50% de la población objetivo hacia finales de año. “Queremos utilizar todos los recursos que hay en el Estado para llegar a la mayor cantidad de pueblos”.
Infografía - La República
Ahora bien, para lograr la inmunización de estos miles de ciudadanos solo se cuenta con 200 brigadas a nivel nacional. Cada una de ellas es integrada por un médico, una enfermera, un técnico de enfermería, un digitador, dos asistentes y un conductor de vehículos.
Estos profesionales de la salud permanecen de siete a diez días dentro de las comunidades. Durante ese tiempo no solo se dedican a inmunizar, sino también a brindar una atención integral de salud.
No obstante, para el presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), Julio Cusurichi, el número de brigadas y el presupuesto asignado para la vacunación de pueblos amazónicos son insuficientes. Según explica, este personal no solo debe viajar largas horas para cumplir con su tarea, sino que además deben utilizar diferentes medios de transporte para llegar a las comunidades. “Las brigadas están un poco limitadas, necesitan más presupuesto en el tema de logística y así poder llegar a todas las comunidades”.
Brigadas de Vacunación
Si bien el Ministerio de Salud asegura que no hay déficit de vacunas para la inmunización de pueblos indígenas, existen algunas autoridades que consideran que si se entregan más dosis contra la COVID-19 a las comunidades nativas, la cifra de inmunizados sería mayor.
“Con más vacunas ya hubiéramos inmunizado a todos, eso es lo que está faltando”, señala Max Ortiz, alcalde de Santa Rosa, en Iquitos, quien solicita a las autoridades que la distribución sea más equitativa.
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El Minsa ha implementado un diálogo con los líderes indígenas, quienes fueron los primeros en vacunarse contra la COVID-19 y acompañan a las brigadas. Según cuenta Julio Cusurichi, presidente de la Fenamad, dar el ejemplo es fundamental para que todas las comunidades accedan a ser inmunizadas. Es por ello que exige un trabajo más coordinado entre las organizaciones y el sector Salud.
Loreto, Madre de Dios y Ucayali serán regiones priorizadas en el plan de vacunación indígena. Foto: Difusión