Desde el último martes 14, Andrea Ramírez y su familia buscaron al padre de sus hijos, Gerber Coz Vara, de 35 años, quien trabajaba como chofer de taxi por aplicativo desde hace cinco años. Tras varios días de indagación, los familiares del taxista se enteraron de que un cadáver fue hallado descuartizado en la zona de Río Seco, en Cieneguilla, el reciente sábado 19, por lo que fueron hasta la escena del crimen, lugar en el que encontraron, según aseguran, las llaves de su uso personal.
En diálogo con La República, Migdio Vara, tío del conductor desaparecido, narró que el sábado fueron hasta la zona, pero no pudieron “completar la ruta porque el cuerpo, como estaba cercenado, no estaba todo en un solo sitio”. Un día después retomaron la búsqueda de indicios entre las cenizas que dejó el macabro crimen y hallaron las llaves.
“Las llaves estaban quemadas. Las llevamos para verificar si eran de mi sobrino y fue así que abrimos la cochera y el cuarto donde él vivía. Con eso, ya para nosotros, ese cuerpo es de él”, agregó.
El familiar también contó que la última vez que supieron de él, tenía que llevar a un cliente a una veterinaria, en Surco. Al día siguiente, miércoles 20, iba a cumplir 36 años de edad.
Por su parte, Andrea Ramírez, pareja del mencionado taxista, cuestionó que el personal de la Fiscalía y de la Policía que llevaron el cadáver no encontraran las llaves y no buscaran más pistas sobre el crimen.
“La Policía no ha hecho su trabajo, cuando nos enteramos de que el cadáver estaba en Cieneguilla, fueron a recogerlo. Pero no se dieron el tiempo de buscar una pista. Mi familia tuvo que ir y se da con la sorpresa de una sarta de llaves, las que dan con la puerta del cuarto y la cochera”, sostuvo.
Familiares de Gerber Coz Vara llegaron a Lima desde Huánuco para sumarse a las vigilias. Piden justicia para el taxista, quien, de confirmarse su fallecimiento, dejaría a cinco hijos en la orfandad.