En mayo de 1999, durante la gestión del exalcalde de Arequipa, Juan Manuel Guillén, un equipo técnico al mando del arquitecto Luis Maldonado Valz y el escritor y periodista Alonso Ruiz Rosas, inició el proceso para que Arequipa sea declarada patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO.
La labor fue ardua. Contó con el esfuerzo de los arquitectos más reconocidos de la ciudad, así como con el aporte de los estudiantes de los últimos años de las universidades, quienes ayudaron en la elaboración del expediente urbano, documento clave que sustentó el por qué la ciudad merecía el título. El 2 de diciembre de 2000 se logró el objetivo.
Con la autoridad que le confiere esta gestión, el arquitecto Luis Maldonado Valz se ha sumado a las críticas contra el proyecto habitacional “La Recoleta”. Una inmobiliaria pretende construir un conjunto de edificios al costado del Tambo Ruelas (La Recoleta con Beaterio). El anteproyecto fue aprobado por una comisión técnica de la Municipalidad Provincial pese a no cumplir con los parámetros urbanos.
La obra consta de 5 torres de 6 pisos con 167 departamentos. “Se debe hacer un nuevo proyecto, el actual debe echarse al canasto y hacer otro que respete las normas (...) Me extraña la postura del alcalde, aquí no hay punto medio, o se cumplen las normas o no”, dice tajante.
Maldonado remarca que el proyecto habitacional en mención, no solo vulnera la norma A 140, que solo permite edificaciones de hasta 4 pisos en la zona monumental, sino normas básicas de construcción como dejar el 30% de área libre o verde. Se estaría consolidando un tugurio vertical.
Advierte que el proyecto carece de un estudio de impacto vehicular, pues las calles angostas de La Recoleta (3 m. de ancho) no soportarían el flujo de las unidades de los nuevos 167 propietarios de “La Recoleta”. A su criterio, el caos se extendería a las calles aledañas del centro histórico. “El proyecto afectará a toda la ciudad”, dijo.
“Los módulos de vivienda social que en su momento hizo ENACE eran mucho mejor, respetaban área libre, tenían plazas, área verde, este proyecto no ha considerado en casi nada esto (…) levantar cinco bloques es un absurdo y un despropósito, se estaría consolidando un tugurio vertical”, arremete.
Explica además, que el proyecto “anula la posibilidad de llevar a cabo uno de los proyectos estratégicos señalados en el Plan Maestro (año 2002) que apunta a la “Habilitación integral del Malecón Alto de la Recoleta y del callejón Loreto, como gran Mirador de la ciudad, uniendo el malecón Bolognesi con la Alameda Pardo y el callejón Huesitos, hasta el puente San Martín”.
En la carta, Maldonado exige un pronunciamiento del colegio de Arquitectos, debido a que la obra afectaría de forma irreversible el patrimonio arquitectónico de Arequipa. La misiva con fecha 6 de setiembre, fue dirigida al decano de la orden profesional, Xavier Ugarte Cornejo. A la fecha, no ha tenido respuesta.
El Colegio de Arquitectos no es ajeno al tema. La comisión que aprobó el anteproyecto de La Recoleta, además de contar con el visto bueno de su presidente, Francisco Ampuero, el representante del Ministerio de Cultura, Mario Torres, cuenta con el aval de dos representantes de la orden. En ese sentido, Maldonado pide un deslinde claro. Además, cuestiona la actuación de Ampuero y Torres. El primero con una sentencia e inhabilitación. El segundo, porque habría elaborado la memoria histórica del proyecto. “Sin duda hay un claro interés”, comenta.
Maldonado hace una dura crítica a las dos últimas gestiones municipales. Percibe que hay un retroceso desde el gobierno de Alfredo Zegarra, en torno al cuidado del patrimonio. Señala que se “ha hecho muy poco. Hay desidia, por lo que la publicidad ha ido tomando todo y se percibe contaminación visual.
Hay poco control urbano del centro”. No obstante, ante la postura del burgomaestre, Omar Candia de volver a revisar el expediente del caso La Recoleta dice: “El Alcalde debe tener un equipo técnico calificado, no se puede improvisar o hacer las cosas sin que haya un debate con participación de los colegios, vecinos, la academia y no tratar la ciudad como si fuera su chacra”, sentencia.