“Esta máquina está basada en la impresión cartesiana, que se compone con los ejes x, y, z”. Rodolfo explica así el funcionamiento del equipo que construyó con cajas de frutas, en un lenguaje que entienden solo los que conocen de programación.
El menor de 13 años es una promesa de la tecnología. Tras un año de esfuerzo terminó una impresora 3D. Es un autodidacta. Aprendió electrónica con tutoriales que halló en internet.
Ahora construye otra impresora con pequeños motores y tarjetas de computadoras. Su madre lo acompaña en sus proyectos, acude al jirón Paruro para conseguir los motores o recicla computadoras e impresoras para aprovechar las piezas.
Rodolfo Yauri sueña con estudiar Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) o en el extranjero, y hacer prótesis para ayudar a las personas con discapacidad.
La República contó la historia de Rodolfo Yauri y hace poco el colegio Saco Oliveros le dio una buena noticia: una beca integral de estudios para él y su hermana Gabriela.
El presidente de la citada asociación educativa, Wilmer Carrasco, acudió a la casa de Rodolfo, en el asentamiento humano Horacio Zeballos, en Ate, y le dieron los certificados, junto con libros de Inglés y Matemáticas.
Carrasco asegura que Rodolfo y su hermana tendrán la oportunidad de estudiar en el local que ellos deseen, acceder a la residencia estudiantil que proporciona alojamiento, alimentación y educación gratuita. También participar en los torneos de Matemáticas y facilitarles el camino para que postulen a universidades del extranjero como Harvard, Cambridge y el MIT, donde hay exalumnos de este colegio.
“Hay talento, hay madera, esta madera es formidable solo hay que tallarla. Cuando se junta la familia, el colegio y los chicos tienen una visión y si se suma un aliado estratégico esa visión se amplia”, aseguró el promotor.
Gabriela Yauri tiene pasión por las letras y ha leído cerca de 200 obras a sus 15 años. Ella ofrece libros de forma gratuita a los niños de su comunidad. Sus vecinos la llaman la Niña de los Libros.
“Aquí, en mi zona, no hay bibliotecas, entonces lo que quiero es que los niños lean, les cuento un parrafito de las historias para generar su interés y luego se los llevan. Yo no les pongo límite de tiempo para que me los entreguen, mucho menos les cobro, la única condición que les pongo es que terminen de leer el libro”, asegura.
La mamá de los niños, Rosa Condo, explica que el secreto de tener hijos aplicados es motivarlos en lo que más les gusta. “Es dejarlos hacer lo que les gusta, no fijarnos en cuánto se gasta, sino darles la oportunidad”.
La niña tiene la meta de acondicionar una biblioteca en el segundo piso de su casa y seguir motivando a los niños a que sigan leyendo.
¿Cómo nació su gusto por la lectura?
Fue a los 3 años cuando se fracturó la pierna derecha luego de caer de su camarote y durante su etapa de recuperación lo único que la hacía feliz, eran los cuentos que le leía su madre en el hospital.
“Me di cuenta de que me hacían olvidar mis problemas, podía trasladar mi mente a la escena de un libro”.
Rodolfo integrará la delegación de Olimpiadas Internacionales de Informática de su nuevo colegio. Los hermanos se mostraron agradecidos con las becas.