Anualmente el Perú compra más de 3 millones de toneladas de maíz amarrillo duro, principalmente de los Estados Unidos, pagando aproximadamente US$ 600 millones. Esto representa 400,000 hectáreas que han dejado de sembrarse y más de 200,000 puestos de trabajo que dejaron de crearse debido a la importación del grano amarrillo, afirmó Cesar Guarniz Vigo, gerente de la Junta Nacional de Usuarios de los sectores Hidráulicos de Riego del Perú.
Durante el primer trimestre del presente año, Perú importó 1.113.306.093 kilos de maíz amarillo duro por un valor CIF de US$ 307.632.406. El principal proveedor fue Estados Unidos, que logró colocaciones por US$ 155.989.000, le sigue Argentina con US$ 138.773.000 y Brasil con US$ 12.870.000, según el portal Agrodata Perú.
“Las importaciones de productos agrarios sumado a la desidia histórica del Estado por apoyar al sector agropecuario nacional está ocasionando la quiebra de la agricultura nacional”, advirtió Cesar Guarniz Vigo, gerente de la Junta Nacional de Usuarios de los sectores Hidráulicos de Riego del Perú.
Pese a ser el principal cultivo del país y representar el 25% del PBI agropecuario, al Perú arribaron aproximadamente 7.5 millones de kilos de papas prefritas en los primeros cuatro meses del 2021 por un valor de poco más de US$ 6.5 millones. Alicorp y Romero son los principales grupos importadores. Los países bajos, principalmente Holanda es el principal exportador.
Mientras que las importaciones de papa se incrementa la producción decae. Según el INEI, en el mes de marzo la producción retrocedió en 13,48%, influenciado por menores áreas cosechadas. En el primer trimestre apenas creció 0.18%.
Según el dirigente agrario, Holanda produce más de 150 toneladas de papa y ellos pueden vender a otros países porque tienen un sistema de empaquetado, tecnología, créditos, todo con el apoyo del Gobierno. Por su parte, añadió, Estados Unidos subsidia a sus productores el 50% del costo de producción. “No se puede competir con productos subsidiados”, dijo Guarniz.
La papa prefrita es solicitada por las pollerías y restaurantes de Lima. Según Guarniz, “se deja de lado a los productores nacionales que se ven obligados a casi regalar sus productos. En la chacra pagan 0.20 céntimos de sol por kilo. Esta desvalorización de los productos agropecuarios nacionales también se aprecia en el trigo, la soya, la leche y el algodón”, añadió.
“El Perú dejó de producir trigo. Ahora dependemos absolutamente de las importaciones de este producto que es principal insumo para la producción de pan, fideos y otros derivados de harina”, advirtió.
Ante el complicado panorama que está convirtiendo al país dependiente de las importaciones, Guarniz Vigo plantea que el gobierno diseñe e implemente políticas para poder aumentar las hectáreas de cultivo de trigo y maíz, así como programas que ayuden a mejorar la calidad de las semillas y el rendimiento de estas.
“La agricultura nacional está quebrada y en crisis; aun siendo ricos en agua, tierra y climas propicios. A los diferentes gobiernos poco o nada les importa el hombre del campo, en consecuencia, estamos camino a la desaparición de la agricultura familiar y perder automáticamente nuestra soberanía alimentaria”, concluyó.