Luis Paz Quispe (37) es un minero que se interna por semanas consecutivas en el campamento. El pasado 4 de setiembre, cuando retornó a la ciudad de Arequipa, comenzaron a llegarle notificaciones a su celular de bancos y tiendas. Estos daban cuenta de algunos retitos de dinero y pagos de créditos por tarjetas que él nunca solicitó. Presume que inescrupulosos suplantaron su identidad para perjudicarlo con créditos bancarios, transacciones de dinero y traslados de deudas, valorizados en más de 260.000 soles.
A Luis se le entrecorta la voz cuando trata de contarnos su caso. Acompañado de su abogado, Britton Colque Sonco, lo vemos a través de una pantalla, afligido y visiblemente preocupado.
Su abogado nos detalla que los movimientos bancarios ocurrieron entre el 20 de agosto y 4 de setiembre. Esos días Luis estaba en el campamento.
Primero, los facinerosos cambiaron indebidamente su número telefónico. A su nombre abrieron una cuenta de ahorro y crédito en el banco Scotiabank, desde Lima. Con esta cuenta tramitaron una tarjeta de crédito y gestionaron créditos por S/ 6.050 y $ 9.600.
El 22 de agosto sacaron, también a su nombre, una tarjeta de crédito del banco Ripley y retiraron S/ 10.000. Tres días después, solicitaron del Banco Falabella S/ 70.000.
Hasta antes de esto, Luis nunca había trabajado con ninguna de estas entidades. El trabajador minero cuenta que el único banco donde tenía su cuenta bancaria era el BBVA, de donde -el 4 de setiembre pasado- los facinerosos realizaron una compra de deuda entre el BBVA y Scotiabank, por S/ 98.800.
A Luis le indigna que, hasta la fecha, ninguna de las entidades financieras le hayan dado alguna explicación razonable de cómo se realizaron estos movimientos que se hicieron -incluso- de manera presencial desde Lima. Tampoco le quieren dar facilidades para ver los estados de cuenta y, por el contrario, lo presionan con mensaje para pagar sus supuestas deudas. Recientemente, el Banco Falabella le descontó directamente de su sueldo la primera cuota de S/ 2.000.
Añade que, apenas se enteró de estos movimientos, cerró su cuenta bancaria en el BBVA, pero los movimientos continuaron después de esta fecha.
Con su abogado, sospechan que habría un encubrimiento entre las entidades financieras y los delincuentes.
“Hemos hecho los reclamos y solicitado las pruebas, pero no nos han proporcionado nada en el plazo vigente. Los bancos han sido los estafados porque esas personas han suplantado la identidad de una persona para realizar estos movimientos”, dice.
Luis denunció los hechos ante la Policía Nacional. La Tercera Fiscalía Provincial del Delito investiga. También acudió a Indecopi.
La República intentó obtener una respuesta formal de estas entidades, por medio de correos electrónicos. El BBVA nos respondió que no pueden darnos una respuesta directa sobre el caso y solo atinaron a enviarnos un link del libro de reclamaciones, mientras que el Banco Falabella nos respondió que el titular de la cuenta es el único usuario autorizado para realizar consultas y/o solicitudes de este tipo.
El abogado Briton Colque recalcó que han hecho entre 8 a 9 reclamos, y ninguna de las entidades les ha respondido, incluso después de los 30 días hábiles.