Cusco. La perseverancia tuvo una grata recompensa para Jesse Katayama, ciudadano japonés de 26 años de edad que se resistía abandonar Cusco sin antes conocer la maravilla mundial: Machu Picchu. Finalmente, pudo cumplir su sueño de pasear por la majestuosa ciudadela inca.
El también conocido como “El último turista de Machu Picchu” permaneció casi ocho meses en el sector de Aguas Calientes, desde el inicio del estado de emergencia sanitaria por el coronavirus. Gracias a las gestiones realizadas por la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco y la Municipalidad Distrital de Machu Picchu pudo conseguir los permisos para ingresar.
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“Yo quería conocer Machu Picchu, pero un día antes de que lo hiciera, el santuario cerró por la pandemia. Me quedé con el único fin de conocer esta maravilla y no quería irme sin antes hacerlo” dijo el extranjero.
Katayama tenía planeado quedarse solo tres días en el lugar, pero fue postergando su partida semana a semana con la esperanza que, en algún momento, se abriera la ciudadela. Tampoco podía seguir su ruta por Sudamérica como lo tenía planeado por el cierre de fronteras, a raíz del coronavirus.
Sin quererlo se convirtió en el primer extranjero en ingresar al parque arqueológico más visitado de esta parte del continente y prácticamente tuvo Machu Picchu para él solo. De acuerdo a lo informado por el ministro de Cultura, Alejandro Neyra, la maravilla mundial reabrirá sus puertas en noviembre próximo con una capacidad del 30% de su aforo permitido.
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