Mónica Huerta, dueña de La Nueva Palomino, pensó por un momento que las cocinas de las picanterías nunca iban a volver a encenderse por la emergencia decretada por el COVID-19. Sin embargo, regresan con más fuerza que nunca. “Hoy nuestros corazones volvieron a prenderse de alegría y esperanza. Hoy nuestras chombas rebozan de chicha”, declaró entusiasmada en la ceremonia en que anunciaron abrir sus puertas al público en cinco de estos tradicionales establecimientos del distrito de Yanahuara.
Se trata de La Cau Cau, La Nueva Palomino, La Palomino, La Dorita y el Cogollo. Sus locales podrán recibir hasta el 40% de aforo, las mesas están separadas metro y medio, no se admitirán menores de 14 ni mayores de 60 años, y todo el servicio es individualizado.
Pero lo que más lamenta Mónica Huerta es son contar con las hacedores, mujeres ya de edad que son guardianas de que se cumplan al pie de la letras las recetas en las cocinas. “Así como ellas sus madres también fueron hacedoras. Todas sus vidas han estado en la picantería, tenemos las esperanza de que puedan volver”, sostuvo.
Saida Villanueva Salas, vocera de la Sociedad Picantera de Arequipa y dueña de La Cau Cau, informó que ya 20 picanterías están en plena adecuación de protocolos y en lo próximos días atenderán en sus salones. Se calcula que hay 50 picanterías en la ciudad, 35 están inscritas en la sociedad. Villanueva acotó que tuvieron que reducir su personal por la reducción del 80% de la demanda. Huerta y Villanueva sostuvieron que más que un negocio, la cocina es una entrega de amor para los clientes.
Los restaurantes también sintieron la pegada por la pandemia. Javier Chávez, representante de la Asociación Gastronómica de Arequipa (AGAR), informó que solo en mayo las pérdidas lidiaron con cerca de 10 millones de soles.