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Sociedad

Luces, música y color: rinden homenaje multimedia a Chabuca Granda en Circuito Mágico del Agua

María Isabel Granda Larco, cantautora de ’La flor de la canela’, nació en Apurímac hace 100 años. Hoy, el Perú celebra sus poesías hechas canciones.

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Algunas imágenes que se proyectaron eran inéditas. Foto: Municipalidad de Lima

Chabuca Granda le cantó a los “cauces del río hablador”, y le contó a los limeños que “airosa caminaba la flor de la canela”. Este 3 de septiembre se cumplen 100 años de su nacimiento y, por ello, en el Circuito Mágico del Agua del Parque de la Reserva se ofreció un espectáculo multimedia para homenajear su voz y legado cultural.

El evento incluyó ilustraciones del libro ’Déjame que te cuente… Los 100 años de Chabuca Granda’ del Fondo Editorial Emilima, así como una recopilación de imágenes de la vida de la cantautora con su música de fondo y juego de luces sobre la pantalla de agua de la majestuosa Fuente de la Fantasía.

El alcalde de Lima, Jorge Muñoz, junto a la hija de la cantante peruana, Teresa Fuller, presidieron este espectáculo.

“Estamos haciendo esto para tener un mes de festividad y decirle gracias Chabuca por todo lo que has hecho por nuestra identidad. Como peruano tenemos muchas cosas que aprender. Ella supo querer a nuestra ciudad y expresar claramente su identidad”, expresó el burgomaestre metropolitano en la presentación de este homenaje.

Hace cien años, Isabel Granda Larco nació en el pueblo minero Las Cotabambas Aurarias, en Apurímac, para convertirse en una de las voces más reconocidas del criollismo peruano a nivel mundial.

Al iniciar su vida artística, desafió a la sociedad conservadora y machista de la época, ya que su labor como compositora de valses criollos fue considerada ‘inmoral’ debido a que, en ese entonces, era considerada una actividad exclusiva para los hombres.

Chabuca Granda falleció en Miami, EE. UU., el 8 de marzo de 1983 a los 62 años; sin embargo, su legado continúa vigente.

En el 2017, su obra musical fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación y, en 2019, el Gobierno peruano le concedió a título póstumo la máxima condecoración nacional: la Orden El Sol del Perú.