En medio de una gran expectativa de los voluntarios peruanos que están dispuestos a participar en los ensayos clínicos de la vacuna contra el COVID-19 que desarrolla el laboratorio chino Sinopharm, el Ministerio de Salud (Minsa) informó que a 2 mil de los 6 mil participantes de estas pruebas se le aplicará placebo (suero fisiológico) y no propiamente el virus inactivo que busca generar una respuesta inmune en el organismo. Esto es importante porque servirá para comparar los efectos entre las personas a las que se les inoculará la dosis y a las que no.
De esta manera, uno de cada tres voluntarios recibirá el placebo. A los otros dos se les inyectará la vacuna que podrá ser la que tiene la cepa de Beijing (2 mil) o la de Wuhan (2 mil).
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Según el médico epidemiólogo César Cárcamo, es fundamental que estos detalles se les informe a los voluntarios que accedan a los ensayos clínicos.
“Es correcto comunicarle al paciente que hay casi un 70 % de posibilidades de que te pongan el producto farmacológico y un 30 % de que sea placebo. El objetivo, una vez que se le inyecte, es evitar darle una falsa seguridad al participante para que no baje la guardia, ni se confíe, y cumpla con todos los protocolos”.
Precisó que el placebo sirve para detectar con precisión las reacciones de un tratamiento aún desconocido. “Se comparan los síntomas o efectos y la única diferencia es la aplicación de la vacuna. Así se distingue el efecto placebo del efecto real”.
El asesor del Minsa, Carlos Castillo, ha precisado que la inyección del placebo será aleatoria y afirmó que ni el voluntario ni el médico conocerán qué sustancia se aplicará (doble ciego).
“Las vacunas vienen en un frasco con las mismas etiquetas y con un código que se mantiene en secreto por los investigadores a cargo”, indicó, a su vez, César Cárcamo, miembro del Grupo Prospectiva del Minsa.
Se debe agregar que en el Perú, la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) son las instituciones encargadas de los ensayos clínicos del laboratorio Sinopharm. Por la primera pasarán 3 mil participantes y por la segunda, otros 3 mil.
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Los voluntarios tienen que ser adultos entre 18 y 75 años que no hayan tenido COVID-19. Ellos deberán llenar un formulario, responder una encuesta y firmar un compromiso. Hasta el cierre, la plataforma virtual para las inscripciones de los interesados aún no se habilitaba.
Según los plazos, la vacunación a los voluntarios se realizará en setiembre. Serán dos dosis. Después de la primera, se esperarán 28 días para la segunda. Luego, al terminar los primeros 3 meses, ya habrá resultados, pero se les seguirá monitoreando por un año para saber la duración de la inmunidad.
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