Médicos y enfermeras de Puno no escondieron su lado humano y se quebraron frente a la situación dramática que viven los hospitales del Altiplano.
Varios galenos fueron evacuados a Lima en situación grave. Los que aún quedan temen morir, como los pacientes infectados. Hasta el momento, murieron 218 personas 4886 resultaron positivos. “En mi formación he visto morir personas por diversos males. Pero lo que se vive ahora es indescriptible. Nunca me imaginé vivir esto. Hablas con un paciente en una determinada hora y cuando regresas está muerto. Es increíble cómo la vida se va en minutos. Y no es uno. Son varios. Lo peor es la impotencia de no poder hacer nada. Tengo familia y sufro por los que dependen de mí”, contó el médico cirujano Roberto César Mayta Jara, quien labora en el hospital III de EsSalud Puno. Mayta aseguró que a él sus colegas los ha quebrado este escenario.
“Nunca vi morir a varias personas en un solo día por falta de oxígeno. O escuchar que te digan: ya no puedo, doctor: ¡Ayúdeme! Es triste todo lo que está pasando” aseguró.
Los residentes médicos nunca imaginaron ser las víctimas de un enemigo invisible. Por ello, los compañeros de Wilbert Sánchez Huarcaya, hicieron una cruzada por redes sociales para que las autoridades de salud se interesen más en la salud del médico. Contrajo el virus cuando trabajaba en el área de Ginecología del hospital Carlos Monge Medrano. Está grave. Su vida pende de un hilo.
“Por favor les pido a nombre de Wilber Sánchez, que está en el hospital de Juliaca, por favor para que este compañero sea evacuado. Aparte de residente, colega, es amigo. Es compatriota cusqueño...”, se oye decir entre lágrimas a Katiuska Carpio Aguilar, médico residente a través de un audio difundido en varios grupos. “En este momento está grave. Está con diagnóstico de COVID, meningitis y todo el tiempo convulsionando. Es un compañero joven, residente. Está solo. No tiene familia cercana. Por favor intentemos apoyarlo”, dice a través de la grabación
Tonny Tello Ramos, jefe de residentes del hospital EsSalud Juliaca. Dijo que la situación es peor que un campo de batalla donde uno no sabe que es lo que va pasar. “Vamos al hospital a cumplir nuestra guardia y no sabemos lo que va suceder. Al igual que nuestros pacientes, nosotros tampoco queremos partir pronto. Este virus está destruyendo vidas”, contó deprimido.
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Pero no solo son los médicos siente temor. Las enfermeras también sufren la difícil situación. Hasta ahora 180 enfermeras contrajeron el virus en diversos centros de salud del Minsa y Essalud. Las que aún están en servicio no solo tienen que soportar las duras condiciones labores, sino también el trauma que significa ver morir a los pacientes que casualmente llegaron con la esperanza de restablecerse en su salud.
“Estamos cayendo de a pocos. A nosotros también nos duele ver morir una persona. La persona que fallece es hijo, padre, nieto, abuelo, primo, sobrino, etc. Y todo sin tener las condiciones de protección personal adecuadas. Estamos en riesgo, vemos morir personas y lo que es peor nosotras podrían correr ese riesgo”, aseguró Rosa Quispe Ticona, dirigente de las enfermeras del hospital Manuel Núñez Butrón de Puno.
Este sanatorio está aún a la deriva. El 30 de julio a una semana de haber asumido el cargo, el director de este nosocomio Arturo Tapia Chávez, renunció al puesto. Sin nadie que pueda resolver sus problemas, las enfermeras protestaron exigiendo el cierre de este hospital de referencia. “Lo peor que le podría pasar al hospital es que también nosotros empecemos a morir. Si es así, entonces evitemos darle esperanza a la población y cerremos el hospital porque los médicos y enfermeras estamos cayendo contagiados y no estamos lejos de morir”, dijo. En este hospital el 70 % de médicos está con licencia. Los demás están cayendo contagiados y cumplen cuarentena. Ese no es un drama solo del hospital Manuel Núñez Butrón de Puno.
El gerente de la red asistencia de Essalud Puno, Juan Carlos Mendoza Velásquez, dijo que hasta el momento 20 médicos están con licencia por edad. Están dentro de la población vulnerable. Otros cinco renunciaron por los riesgos que vieron si continuaban trabajando en el hospital y una enfermera renunció al puesto. Reconoció que la situación es dramática. La gerencia general de EsSalud Lima, envió cinco enfermeras y cuatro enfermeras ante el desabastecimiento de personal médicos. Quedaron cortos ante la alta demanda de pacientes. Así quisieran atenderlos no hay camas ni personal necesario.
El plano político también golpea a Puno. Sin gabinete ministerial, tácitamente el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Rodolfo Yáñez Wendorff, ya no es el coordinador del gobierno en Puno, para acciones para contener la COVID-19.
El congresista Orlando Arapa, dijo que esto agrava la situación del altiplano. “En este momentos necesitamos la intervención del gobierno. Los centros de salud colapsaron. Sin nadie que adopten medidas urgentes, los hospitales van a pasar hacer morgues. No queremos eso. El gobierno tiene que intervenir Puno pero ya” dijo el parlamentario.
El decano del Colegio Médico del Perú Consejo Regional Puno, Midwar Mengoa Herrera, le pidió al gobierno que no permita que más personas muertas. Recordó que diez de sus colegas están graves y cada día se contagian más.
“Se necesita más personal y equipamientos. No permitamos más muertes. Esto está dañando a las personas psicológicamente. Se necesita que cuando antes se adopten medidas de todos los niveles del gobierno. Necesitamos una planta de oxígeno cuanto antes porque si no esto se va salir de control”, dijo. En estos momentos no hay comando COVID.
Ante el desabastecimiento de oxígeno en el hospital Carlos Monge Medrano de Juliaca, la minera Minsur hizo entrega de balones de oxígeno para que sean destinados a pacientes críticos de coronavirus.
El representante de Minsur, Ever Sánchez, hizo la entrega de 50 balones de oxígeno medicinal de un lote de 100. La cantidad restante se entregará la próxima semana.
La ayuda llegó en un contexto en el que en el distrito de Acora, las personas infectadas con COVID-19 fallecen en sus domicilios. J.D.I.C. (67) murió en su casa en la avenida Titicaca. Personal de salud de la micro red y efectivos de la Comisaria se trasladaron a su casa para las diligencias y aplicar los protocolos de ley.