De apariencia extravagante, los ‘perros peruanos sin pelo’, nombre con el que se le conoce a los Viringo, son una singular raza canina originaria de Perú. Mucho se ha dicho sobre ellos, ya que su aspecto ha sido considerado; con bastante frecuencia, como poco agradable.
Sin embargo, no muchas personas conocen que esta especie es patrimonio cultural de nuestro país. Esto, gracias a la ley N° 27537 decretada por el Congreso de la República, el 22 de octubre de 2001.
Pese a ello, los Viringo estuvieron a punto de extinguirse en el pasado, por lo que la protección de su existencia resulta primordial. En esta nota conoce más sobre la historia de estos animales representativos del Perú, en el marco de las Fiestas Patrias.
El ‘perro peruano’ tiene su origen hace miles de años. Algunas creencias aseguran que llegó al lado del mitológico Naylamp, después de que surgiera de las aguas del mar para fundar su reino en Lambayeque.
Los Viringo han sido representados por diferentes culturas, tales como la moche, wari, y chimú. Interpretado siempre como un leal compañero. Su imagen estaba asociada a la fecundidad y era considerado, además, como un guía de almas al más allá.
Debido a este aspecto, muchas veces se enterraba a los ‘perros peruanos sin pelo’ junto a la nobleza. De hecho, se encontró a uno de estos ejemplares en la tumba del Señor de Sipán.
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La historia de estos animales cambia en el año 1532, con la llegada de los conquistadores españoles al Perú, quienes no estaban acostumbrados a su apariencia poco convencional. Lo que llevó a que sean considerados como seres malignos que debían eliminarse.
“Ellos pensaban que eran satánicos, así los llamaban los católicos (...) Creían que estos perros tenían algo siniestro dentro de ellos porque eran muy extraños”, expresa Mirella Ganoza, arqueóloga de Huaca Pucllana, en conversación con la BBC.
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Es así como los perros peruanos empezaron a morir lentamente, mientras perdían el cariño de los propios peruanos, hasta casi desaparecer de la historia de nuestro país.
Todo cambió a partir de la década de 1990. En ese entonces, algunas organizaciones iniciaron la defensa de esta raza de perros, lo cual permitió que poco a poco vayan ganando reconocimiento nuevamente.
Para enero del año 2001, la protección de los Viringo dio un paso muy importante gracias al Instituto Nacional de Cultura del Perú. Esta entidad emitió una resolución a través de la cual disponía que los ‘perros peruanos sin pelo’ sean ubicados en museos de sitio y zonas arqueológicas, donde serían cuidados para su correcto desarrollo.
Unos meses después, en octubre del mismo año, el Congreso de la República publicaría la ley N° 27537, la cual señala a esta raza como patrimonio cultural del Perú, reconociéndola además como oriunda de este país.
Los Viringo han ido recuperando el cariño de los peruanos poco a poco, cada vez es más común verlos bajo el cuidado de familias. Incluso, se estableció el Comité Nacional para la Protección del Perro Peruano sin Pelo y el 12 de junio como un día especial para celebrar a esta majestuosa raza.