El paciente que graba las imágenes en video es un periodista de la ciudad de Cusco. “Acaba de fallecer un compañero nuestro de esta sala. Estaba entubado. Han retirado los equipos y los desinfectan. Ha muerto lejos de su familia. Solo nosotros le dedicamos una oración en nombre de ellos. ¡Descansa en paz amigo!”, dice con voz cansada.
Desde cierta distancia, a continuación explica los protocolos que realiza el personal médico para con el paciente que falleció afectado por el mortal coronavirus. A pesar de todo, deben continuar trabajando, porque en esa misma sala hay varias personas que quieren vivir.
Washington Román Rojas es el nombre del hombre de prensa de Cusco que terminó en una de las salas de los pacientes COVID-19, que por su gravedad, deben ser internados. Los días que le tocó ver de cerca la labor de los médicos del hospital de EsSalud Adolfo Guevara Velasco, jamás los olvidará.
Aún permanece alejado de su familia, porque debe recuperarse completamente de aquel virus que quiso arrebatarle la vida, pero cuenta el empeño y esfuerzo de los médicos, enfermeras, técnicos y todo el personal que lucha por salvar a más personas y que lamenta cada pérdida. “Son unos ángeles”, dice mientras explica cómo los enfermos son aseados por las enfermeras quienes no muestran ni un solo gesto de incomodidad o fastidio.
Los hombres y mujeres que a diario trabajan en aquella sala, en su mayoría son contratados. No tienen beneficios laborales y cada mes deben presentar un recibo por honorarios, pero eso no parece importarles. Cada día continúan con su trabajo incluso poniendo en riesgo su propia vida. Washington Román salió de aquella sala agradecido, no solo porque salvaron su vida, sino por la dedicación que vio en los profesionales de la salud en Cusco.