Un ciudadano de Caraz, provincia de Huaylas (región Áncash), registró los momentos posteriores y el estado en que quedó una perrita luego de haber sido atropellada por un camión del Ejército peruano. El denunciante afirmó que no se trató de un hecho fortuito, sino de algo intencional.
“Un camión del Ejército acaba de pisar (arollar) a un pobre perrito. Pobre animal iba detrás de una moto que se había perdido”, fue lo que manifestó el hombre, quien se encontraba a la altura del cementerio viejo de la localidad.
A los pocos segundos, dos militares descendieron de la unidad con la intención de recoger el cadáver del animal que quedó tendido sobre la acera. Uno tomó las patas delanteras y otro, las traseras.
Fueron encarados por el denunciante, quien les increpó la actitud. Solo uno tomó la palabra y tuvo una respuesta escueta. “Se ha metido”, dijo, en clara referencia a que el canino tuvo la culpa por interponerse en el camino de la unidad vehicular.
Finalemente, los efectivos se retiraron de la escena con el cuerpo del animal. “Imagino que le van a dar su cristiana sepultura”, sentenció el morador.