Una de las situaciones más difíciles que deben atravesar las familias peruanas en este contexto es la muerte de un familiar por COVID-19. Según los protocolos, una vez la persona fallece, esta debe ser cremada para evitar cualquier tipo de contaminación. Lamentablemente, los decesos siguen en aumento, por lo que este complicado escenario aún será una constante.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Sudamérica es el nuevo epicentro de la pandemia por el elevado número de infectados. Adicionalmente, y menos alentador aún, un reciente estudio señala que, para agosto, el Perú tendrá un estimado de 20.000 muertos por coronavirus.
El informe, publicado por el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington en Estados Unidos, muestra cómo en nuestro país se podría llegar a tener 19.722 muertes para el 4 de agosto, con un rango estimado de 9.965 a 35.471.
Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud estimado de muertes en Perú | Créditos: IHME
También se señala que tendremos una tasa de 58.1 decesos por cada 100.000 habitantes. Y que entre el 17 y 18 de junio se registrarán 199 muertes diarias. Para hacer este cálculo se usó un modelo donde se consideran todas las causas de mortalidad y, según el exceso, se determinan los fallecidos por COVID-19.
Otro de los inconvenientes revelados es que la demanda de camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es superior a la capacidad actual que manejamos. Este punto es crucial para salvar vidas, lamentablemente, la realidad nos golpea con la insuficiencia de recursos.
Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud estimado de camas UCI en Perú | Créditos: IHME