En febrero de este año, una mujer canillita de 63 años fue atropellada por un auto mientras trabajaba. Pasó un mes, pero seguía mal de la pierna, por lo que acudió al área de emergencias del Hospital Arzobispo Loayza. La internaron en el pabellón tres.
Su sobrina María contó que el Jueves Santo una paciente con coronavirus falleció en el mismo pabellón donde permanecía su tía. El cadáver se quedó allí 48 horas. Tres días después, se enteró que su familiar y otros 10 pacientes hospitalizados por otros males se contagiaron de COVID-19.
“Aquí en este hospital se ha cometido una negligencia médica. (...) El sábado recién trasladaron el cuerpo y a los tres días empezaron a sacar pruebas a todas las personas del pabellón 3 porque estaban infectadas con coronavirus", denunció en RTV.
El 17 de abril, María narró que dieron de alta a su tía, pero que nunca le explicaron qué cuidados debía tener con ella. Colocaron a la paciente a cinco metro de la puerta del pabellón, le dieron una hoja y le dijeron “llévesela, llévesela”.
“Como si ella fuera un paquete. No me han dicho qué cuidados debo tener con la paciente, cómo la tengo que tratar. Le dije al doctor que yo soy paciente con insuficiencia renal. Me respondió que todo estaba en la hoja y me botaron. En el documento no dice si debe tomar algún medicamento, nada”, denunció.
Este lunes 4 de mayo, María se acercó al área de emergencias del nosocomio porque su tía no puede respirar durante las noches. Quiere que le realicen una prueba de hisopado para saber si aún tiene coronavirus.
“La traigo por emergencia, me dicen que no hay hisopado. Ya pasaron los 15 días de cuarentena y no hay seguimiento, no hay nada. Me dicen que la tenga en cuarentena no más”, dijo.