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Sociedad

Cajamarca: Campesino e hijo graves tras ajusticiamiento de ronderos durante cuarentena [VIDEO]

Exceso. El hombre fue detenido por olvidar la mascarilla para ver a sus animales. La PNP lo capturó junto a su hijo, golpeó y entregó a ronderos. Hoy no pueden ni moverse.

larepublica.pe
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Un humilde campesino y su hijo denunciaron haber sido agredidos brutalmente por efectivos de la Policía Nacional del Perú y un grupo de ronderos luego de olvidar usar mascarilla en las inmediaciones de su hogar, en el en el distrito de Llapa de la provincia de San Miguel, Cajamarca.

De acuerdo a un vídeo subido a las redes sociales, la víctima identificada como Rafael Salazar Ventura se dirigía a pie por una carretera para ver a sus animales, cuando fue interceptado por la policía debido a que no llevaba mascarilla, un de las medidas obligatorias dispuestas por el gobierno para frenar el brote del nuevo coronavirus (COVID-19).

Testigo de la intervención, su hijo Ronaldo Salazar Ajip (18) intentó interceder por él pero corrió similar suerte, pese a que en todo momento se disculparon por su descuido.

Una vez en el puesto policial de Llapa, los policías decidieron entregarlos a los integrantes de la ronda campesina del centro poblado Cochán Bajo, unidad liderada por el ciudadano Oswaldo Becerra Bazán que castiga a los infractores de la cuarentena del nuevo coronavirus.

Ya en custodia de los ronderos, tanto padre como hijo fueron cruelmente azotados como quedó registrado en imágenes que han indignado a la opinión pública en Cajamarca. Recién por la tarde del día siguiente, ambos fueron nuevamente recogidos por los policías y puestos en libertad.

Debido a las conmociones, Rafael Salazar Ventura y Ronaldo Salazar Ajip a duras penas pudieron llegar a sus hogares luego de caminar un largo trecho bajo el sol. Ahí permanecen postrados pues debido a su humilde condición no pueden solventar atención médica ni contratar un abogado.

El humillado padre de familia inculpó a un suboficial PNP de apellido Mejía por iniciar las acciones violentas en contra suya y de su hijo, además de decidir entregarlo a los ronderos de Cochán Bajo en medio de la emergencia por el COVID-19.

“Mejía nos golpeó y le tiró un puñete en el ojo a mi hijo. En la noche nos llevaron a la ronda y por más que les supliqué y les dije que no soy un delincuente nos golpearon. No tenían derecho a azotar a mi hijo”, se lamentó el padre al medio local “El Canillita”.

Se espera el pronunciamiento de las autoridades sobre este nuevo caso de exceso policial.