Según un estudio de carácter científico publicado en el “European Respiratory Journal”, las personas con enfermedades pulmonares y los fumadores tendrían disposición para dejar ingresar rápidamente el Covid-19 a su sistema respiratorio y por lo tanto estarían en desventaja para superar la infección.
Así lo reporta la agencia Europa Press al hacer la referencia a la citada investigación. “Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las fumadoras pueden tener niveles más altos de una molécula, llamada enzima convertidora de angiotensina II ACE-2, en sus pulmones. Esta molécula, que se encuentra en la superficie de las células pulmonares, es el ´punto de entrada´ que permite que el coronavirus entre en las células de los pulmones y cause una infección”.
Según la agencia, en el nuevo estudio, la doctora Janice Leung destaca que se ha establecido que las personas con afecciones en su sistema respiratorio, tipo EPOC y las que además consumen cigarrillos tienen índices más altos de ACE-2 (una enzima o proteína protectora del sistema cardiovascular- (2)) en sus vías respiratorias, “lo que podría aumentar su riesgo de desarrollar infecciones graves por Covid-19. Los pacientes con EPOC deberían recibir asesoramiento -advierte- y acatar estrictamente el distanciamiento social y la higiene adecuada de las manos para prevenir infecciones. También descubrimos que los exfumadores tenían niveles similares de ACE-2 que las personas que nunca habían fumado. Esto sugiere que nunca ha habido un mejor momento para dejar de fumar para protegerse del Covid-19”, enfatiza la investigadora médica.
Policías cubanos le encienden un cigarrillo a una mujer en una calle del Vedado en La Habana en febrero de 2005.
En tal sentido, el médico-psiquiatra, Joel Salinas, en un importante trabajo, en La República, el domingo pasado, da cuenta de “una revisión de la literatura (médica-científica)”. Él sostiene, en su publicación, que “el consumo de tabaco aparentemente incrementa la expresión de los receptor ACE-2 en las células del pulmón, incrementando la posibilidad que el Covid-19 pueda adherirse a ellas para luego invadirla y destruir la célula (Brake S, 2020) y reflejarse en el daño que se observa en los casos severos. En estudios realizados durante la pandemia del Covid-19, se calcula que, la posibilidad de tener síntomas severos es 1.4 mayor en fumadores respecto a no fumadores. La posibilidad de ser admitido a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), necesitar ventilador mecánico o morir es 2.4 veces mayor en fumadores respecto a los no fumadores (Vardavas C, 2020)”.
El suscrito, hace unos días, se comunicó con una enfermera sudamericana que trabaja muchos años en el norte de Italia. Ella hizo un importante comentario a propósito del gran número de fallecidos y afectados en ese país. “Las personas a partir de la mayoría de edad, en esas zonas (del norte de Italia), son muy consumidores de cigarrillos. He podido observar que, con una frecuencia de cada quince minutos, dejan cualquier labor, para fumar. Obviamente, que también exponen a los que no lo hacen porque hay fumadores pasivos, de ahí estos resultados (frente al Covid-19), porque hasta muy adultos, fuman”, comentó la profesional de la salud.
Técnicos médicos de emergencia trasladan a un paciente afectado por Covid-19 en una camilla de una ambulancia al Centro de Atención y Rehabilitación Gateway el 16 de abril de 2020 en Hayward, California.
El periodista Pablo Linde, en mayo de 2019, en el diario El País de España, mostró un cuadro de la OMS (2015) “Incidencia del tabaquismo por región (del mundo)”. En la información estadística se lee que, Europa va adelante con 29,1% de fumadores aunque en la última década los esfuerzos por partes de los gobiernos de la Unión Europea contra el tabaquismo han permitido una reducción constante del tabaquismo de la mancomunidad, y además libran una campaña contra las empresas de cigarrillos que utilizan todo tipo de tácticas para incrementar su consumo.
Linde cita la advertencia de la OMS: “Los cigarrillos son ‘una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo’. Según sus cifras, hasta la mitad de los fumadores morirán por su culpa. Mata, al menos, a ocho millones de personas al año, de las cuales casi 900.000 son no fumadores expuestos al humo de segunda mano”.
En enero de este año, la BBC reveló un importante análisis científico que dio a conocer la revista Nature. “Hasta hace un tiempo se creía que las mutaciones que causan cáncer de pulmón eran permanentes y que persistían incluso después de dejar de fumar. (Sin embargo) las pocas células que escapan al daño provocado por el tabaco podrían reparar los pulmones. El efecto se observó incluso en pacientes que habían fumado un paquete al día durante 40 años antes de dejar el cigarro”, fue el esperanzador comentario en la literatura académica.
Pero hay críticas un poco distantes por parte de un grupo de expertos, pues hacen hincapié en que la investigación se ha realizado en un grupo pequeño, y aún falta que pase todos los protocolos que la ciencia exige, también está el hecho de que la muestra se concentró en las vías respiratorias de los fumadores y no en los alvéolos (principales afectado por el Covid-19), que son bolsas diminutas de aire en las terminaciones de los bronquiolos (ramificaciones diminutas de tubos de aire) en los pulmones. Los alvéolos son el lugar donde los pulmones y el torrente sanguíneo intercambian dióxido de carbono y oxígeno. El dióxido de carbono en la sangre pasa a los pulmones a través de los alvéolos (3), sin embargo, “estudios anteriores ya han demostrado que las personas reducen el riesgo de contraer cáncer de pulmón casi desde el día que dejan de fumar”, informa la BBC.
Dr. Raúl Urquizo, ex decano del Colegio Médico de Lima.
Dr. Raúl Urquizo.
Los fumadores crónicos a mayor edad tienen más posibilidades de sufrir complicaciones severas por infecciones respiratorias, debido a su capacidad pulmonar deteriorada. Muchos de estos pacientes presentan condiciones como fibrosis pulmonar, lo que los convierte en una población de riesgo a enfermedades respiratorias como el Covid-19 y el virus de la influenza estacional. Es importante alertar que la llegada del nuevo coronavirus coincide con el pico epidemiológico de la influenza estacional.
Ambas son afecciones respiratorias graves que se contagian fácilmente de persona a persona al toser o estornudar y pueden producir complicaciones severas en el fumador crónico, y su presencia conjunta pone en riesgo, prevenible, de sufrir una doble epidemia. Por este motivo, la inmunización contra la influenza es una opción disponible para evitar un mayor riesgo de letalidad por el coronavirus. Una vez terminada la cuarentena se debe incentivar la vacunación tetravalente en la población en general, ya que las demás personas se convierten en agentes de propagación y en un peligro inminente para los grupos riesgo como es el caso de los fumadores crónicos, así como también en niños menores de 5 años, gestantes y pacientes con diabetes, hipertrofia, asma e inmunodeprimidos.
Referencias.
(1) Es un catalizador biológico. Es una proteína cuya función principal es acelerar la velocidad de una reacción química específica de la célula de nuestro cuerpo. National Human Genome Research Institute.
(2) Instituto de Cardiología "Juana F. Cabral", Corrientes, Argentina.
(3) Instituto Nacional del Cáncer, España.
Con información de EuropaPress, BBC, EFE, AFP, El País de España.