La tradición lo dicta así. Para conmemorar la última cena de Jesús, los cusqueños ponen en su mesa al menos 12 platos entre guisos, segundos y postres. Muchos optan por cumplir con este ritual por Semana Santa, aunque hacerlo ponga en peligro la salud pública.
Ante la disposición del Gobierno en declarar la inmovilidad absoluta el jueves y viernes próximo, miles de mujeres abarrotaron los mercados de la ciudad del Cusco para abastecerse de productos que les permita preparar los platillos tradicionales de Semana Santa.
De esta manera, generaron gran conglomeración de personas haciendo de los centros de abasto un potencial foco infeccioso para el coronavirus. Debido a la alfuencia, fue casi imposible mantener el metro de distancia, para prevenir contagios del COVID-19.
Los productos marinos son de gran demanda en esta temporada. Inmensas colas se formaron desde muy temprano buscando la mejor oferta en pescados y camarones que sufrieron una ligera alza en sus precios debido a la demanda.
Esta situación obligó a las autoridades del Cusco a ampliar el horario de atención en los mercados. Este martes y miércoles mantendrán sus puertas abiertas de 06.00 horas a 16.00 horas, es decir, solo dos horas antes del toque de queda.
Por disposición municipal, el sábado, el ingreso de los centros de abastos deberían lucir cerrados, pero el sábado abrirán hasta las 13:00 horas. El objetivo es disminuir el flujo de personas y permitir que las familias puedan abastecerse, dado que el domingo rige la inmovilización total a nivel nacional.