Por: Ricardo Cuenca
La pandemia llegó rápido y sin mucho aviso. Nos agarró por sorpresa y es verdad que hubo capacidad de reacción por parte del gobierno, a pesar de que estemos más o menos de acuerdo con las decisiones tomadas y a pesar de las críticas mezquinas de algunos personajes que, enfundados en una falsa posición crítica, solo utilizan esta crisis para sus objetivos particulares.
Es verdad también que muchos sectores actúan buscando adecuarse a tiempos de incertidumbres. Es verdad que el Ministerio de Educación hace sus mejores esfuerzos por conducir la educación en plena crisis, por proponer salidas para no dejar de atender a la población estudiantil, por actuar con rapidez para que la educación no se detenga.
Pero es verdad también que estamos ante una situación absolutamente excepcional. Como nunca antes el contexto tiene tanto peso en el sentido de la educación. No podemos pues exigir decisiones del sector que se concentren en cómo diseñar las mejores estrategias para que la educación se traslade a casa como si no pasara nada.
Niños, niñas, jóvenes, padres, madres, docentes están confinados más de diez días en su casa pretendiendo cumplir con un paquete de tareas escolares, con sugerencias para que padres y madres se vuelvan docentes y con propuestas metodológicas creativas para que los docentes diseñen sesiones de aprendizaje virtuales.
Durante dos, cuatro o más semanas de aislamiento social obligatorio no serán muchas las competencias en matemáticas o en lectura que se lograrán, pero tampoco es importante en este contexto. ¿Por qué no pedir al Ministerio de Educación y a las familias dejar de buscar las mejores alternativas para capear los escollos que permiten avanzar en la inercia educativa para cambiar la ruta trazada por una más adecuada a la excepcionalidad?
¿Por qué no montar una gran iniciativa de aprendizaje basado en proyectos sobre la pandemia y trabajar las áreas curriculares, desde matemáticas hasta historia, para comprender el contexto? ¿Por qué no concentrar estas semanas en la formación ciudadana que permitirá entender por qué estamos actuando como lo estamos haciendo en este contexto?
Los docentes saben más sobre cómo diseñar metodologías por proyectos que usar una plataforma virtual educativa, padres y madres tienen más familiaridad con las noticias que con los textos escolares, el sistema educativo está más acostumbrado al diseño de lineamientos pedagógicos que ha desarrollo de planes virtuales de educación.
La educación no puede desarrollarse de espaldas a un contexto que ofrece muchas oportunidades de aprendizaje, de formación, de enseñanza. Propongo mirar ese contexto con fines educativos, concentrar nuestros esfuerzos en aprender y enseñar sobre lo que nos está sucediendo en nuestro entorno cercano y en el mundo, y postergar el plan de estudios regular.
Cuando todo esto acabe, no seremos los mismos y la educación no puede fluir entre nosotros como si no pasara nada.