El presidente Martín Vizcarra hizo una serie de anuncios en el marco del día 11 del estado de emergencia. Una de las más importantes fue el llamamiento extraordinario de la reserva orgánica del Ejército, de los licenciados de los últimos tres años: 2018, 2019 y 2020.
Esta decisión representará una inyección de más de 10 mil personas para reforzar el patrullaje y control de las calles. Sin embargo, pese a que no es la primera vez que se plantea una situación así, sí representa un panorama bastante nuevo por tratarse de una emergencia de carácter sanitario
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La República pudo conversar con algunos ex miembros del Ejército del Perú, quienes nos manifestaron que este procedimiento no es nuevo y es más común de lo que muchos pueden pensar.
El teniente coronel (r.) Luis Espejo, con experiencia en administración de personal militar, indicó que este llamamiento se da cada cierto tiempo y en privado para realizar actividades de reentrenamiento y capacitación.
No obstante, explicó también que la ley faculta a la movilización “para afrontar situaciones de emergencia ocasionadas por conflictos o desastres que atenten contra la seguridad y defensa nacional" (Ley N° 30415, que establece la condición militar de los oficiales de reserva de las Fuerzas Armadas).
En este aspecto, hay dos antecedentes próximos e importantes que se ciñen a este escenario: la lucha contra el terrorismo (entre finales de 1980 e inicios de 1990) y el conflicto del Alto Cenepa (en el año 1995).
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El teniente cnel. Espejo nos comenta que, en el primer caso, se hizo un llamado a las reservas para un reentrenamiento principalmente en labores de apoyo a las tropas activas en zonas de emergencia, más no para combate. Reentrenamiento que, según contó, solo quedó en capacitación.
“Como existía el servicio militar obligatorio, había personal; por lo tanto se enviaban destacamentos desde la costa hacia los puntos que necesitaban ayuda”, señaló.
En el segundo caso, el coronel de caballería (r.) Juan Carlos Castro nos comentó que si bien aquella fue una batalla focalizada en un lugar determinado del Perú, hubo también llamamiento a las reservas. “En aquel momento teníamos topas que recientemente habían salido de baja y estaba entrenadas en combate, ahí no hubo que reentrernarlos”, comentó.
Por lo tanto, esta invocación a las reservas para el patrullaje de calles resulta una situación sui géneris para el Ejército. Este contingente de más de 10 mil personas anunciado por el presidente Vizcarra deberá capacitarse rápida y adecuadamente para cumplir con la labor que se les encomendó.