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Sociedad

Periodistas peruanos en Nueva York, el epicentro de la epidemia en el mundo

Compatriotas que llegaron a la Gran Manzana para realizarse profesionalmente, relatan la extraordinaria experiencia de informar desde la ciudad de EEUU con más enfermos del coronavirus. Y cómo viven el día a día.

Por: María Elena Hidalgo y Doris Aguirre

La noticia la publicó el periódico The New York Times antes que cualquier autoridad gubernamental: “Los científicos advirtieron que Estados Unidos algún día se convertiría en el país más afectado por la pandemia de coronavirus. Ese momento llegó el jueves”. Y el epicentro del desastre es Nueva York.

Estados Unidos ha superado en número de infectados a China e Italia en prácticamente una semana, y todo indica que el número de enfermos crecerá mucho más en Nueva York, la ciudad norteamericana con mayor densidad poblacional. La República ha recogido los testimonios de compatriotas que se dedican al periodismo y que viven hace varios años en “la ciudad que nunca duerme”. Ahora les ha tocado narrar el espantoso avance de la epidemia.

El coronavirus les ha transformado la vida en una ciudad adonde viajaron y radicaron para encontrar la felicidad. O algo parecido.

Quique Max Rockero

“Estamos tratando de mantener una cuarentena, pero todavía no hay un dispositivo legal que obligue a la gente a cerrar del todo. Lo que pasa es que la gente tiene que trabajar porque Nueva York es una ciudad muy cara y ese es el motivo principal. La gente no está cumpliendo como en Perú, donde las cosas están funcionando mucho mejor que aquí. Por ejemplo, el subterráneo y el transporte público aquí está reducido en 40%. Y los teatros, restaurantes, todos los puntos turísticos están cerrados. New York es casi una ciudad fantasma hoy”, relató Quique Max Rockero, un periodista que habita en la Ciudad de los Rascacielos, donde conduce un programa en la estación El Sótano TV-NY.

“El problema que tengo con la cuarentena es que el estudio en el que trabajo está cerrado. Estábamos en un ciclo muy bueno de mejoras. Y ahora está cerrado hasta nuevo aviso. Mientras pase la epidemia, hacemos producciones desde casa. Aquí la cosa no es fácil. Hay contradicciones porque para los que tenemos trabajo regular podemos acudir al seguro de desempleo, que nos entrega el 70% de nuestro ingreso mensual. El problema es con los que no tienen un trabajo regular”, explicó Quique Max Romero, veterano reportero en Nueva York.

Liliana Bringas

La periodista y profesora en la Saint John’s University, Liliana Bringas, declaró que la pandemia había afectado tanto su vida familiar como profesional.

“El encierro voluntario que existe en Nueva York es terrible.Aún no me han atacado el miedo y la incertidumbre porque el espíritu periodístico nos impulsa a formular interrogantes y a buscar respuestas. Pero debo decir que por primera vez he visto temor en los neoyorquinos. La gente casi no sale. Yo vivo en Manhattan en el centro de la ciudad, cerca a Times Square, y parte de la belleza era la cantidad de gente que veía cada día. El movimiento cotidiano de la gente reflejaban la vida, la aventura, la búsqueda. Ahora las calles están desiertas. Hay gente que va al Central Park, cómo yo lo hago aveces, pero guardamos distancia. Sin embargo, ahora las noticas dicen que no debemos salir”, dijo Liliana Bringas.

“La gente que vive en Nueva York está acostumbrada a los grandes acontecimientos (ataques terroristas, tiroteos, etc.), pero esto ya salió de todo lo provisto. Definitivamente, el virus nos cambió la vida. La gente está asustada aunque algunos no lo aparentan. Todo el mundo está asustado. Hasta los presidentes. Hace unos días escuché al Dr Huertas, que aún se sabe muy poco de ellos. Eso es lo que pasa”, compartió Liliana Bringas, con 13 años de residencia en la Gran Manzana.

Claudia Sandoval

Claudia Sandoval Gómez, periodista con base en Nueva York desde hace 20 años, describió los cambios extremos en la ciudad debido a las medidas de las autoridades.

“Algo que me ha impresionado es que en las mañanas ahora se siente un silencio implacable. Lo único que se escucha son las sirenas de las ambulancias. Es algo desconcertante porque en una ciudad tan viva y tan movida como es Nueva York, ahora solo se escuchan sirenas de las ambulancias", mencionó.

“Los supermercados en un principio estuvo muy lleno, porque la gente se volcó abastecerse de todo para empezar su cuarentena o su periodo de estar en casa, pero, curiosamente, este domingo que fui para abastecerme estaba vacío como un domingo normal”, señaló Claudia Sandoval.

También se refirió a las personas que sentían mucho más fuerte el encierro.

“La ciudad se siente muy quieta, muy vacía. Hay mucha gente que está sufriendo porque están en una categoría de los que no pueden trabajar en casa, como los que trabajan en restaurantes, en el sector de turismo. O personas que viven de su negocio. Están en estos momentos en su casa encerrados y angustiados porque tienen cero ingresos.”, manifestó.

“Es una mezcla de todo. Un miedo por tu salud y el miedo por tu situación económica, porque no tienes idea como será el próximo mes”, añadió Claudia Sandoval.

Caroline Mercado

Caroline Mercado, periodista que trabaja para el Canal NY1 Noticias, narró cómo la epidemia modificó sus labores profesionales en Nueva York, paso a paso. Dejó de ser lo mismo de la noche a la mañana: “Desde el viernes 13 de marzo en el canal se nos dijo que todos nos quedáramos en casa, salvo dos en cada turno , dos en la estación y el resto trabaja en casa. Los programas en vivo se cancelaron y todo se volvió pregrabado. Pero a partir de la aparición de familiares contagiados con el coronavirus, desde el martes 24 de marzo ya ni hay dos personas. ¡No hay nadie! Los presentadores tiene estudios improvisados en sus casas y se graban los programas. Son hechos sin precedentes. Y estamos aprendiendo sobre la marcha”.

Andrea López

Andrea López Cruzado es una periodista de Radio Ambulante que relata historias de América Latina y de los latinos en Estados Unidos. Estuvo 25 años en la ciudad, pero momentáneamente se ha trasladado. También dicta clases de investigación en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY). Esta es su narrativa de las sensaciones que vivió en la Gran Manzana: " A partir del último domingo el gobernador y los alcaldes han tomado medidas más estrictas y en Nueva York ya no se puede movilizar en los metros y desde hace varios días estamos con los comercios cerrados, cines, gimnasios, bares. Y los restaurantes solo pueden atender pedidos para llevar, pero están cerrados para el público. Al menos que seas del sector de salud. Hasta entonces vivíamos en una paranoia. No debíamos tocar las barandas del metro ni de las escaleras. Cuando alguien tosía o estornudaba, los que estaban cerca de inmediato se alejaban. Era una paranoia”, reseñó.

“Todos estamos muy preocupados, las cifras aumentan muchísimo de un día para otro. Eso es lo que más preocupa, la rapidez con la que se está propagando el virus. A raíz de las medidas de las autoridades me trasladé a Nueva Jersey. Aquí hay toque de queda desde las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana. Hace dos semanas intento salir lo menos posible de casa. Yo vivo sola y creo que mi situación es muy distinta del resto porque estoy acostumbrada a trabajar mucho desde de casa, pero siempre me falta poder estar comunicándome con mi familia”, dijo Andrea López con mucha nostalgia.