Arequipa. Siempre tenía una excusa para negar que era maltratada. La familia de Marisol Huaraya Roque (27) llegó ayer desde Sicuani, Cusco, enterada del feminicidio. Digber Álvarez Vera (28) asesinó de manera cruel a Marisol Huaraya el martes pasado.
El feminicida se negó a dar una declaración ante las autoridades policiales o a la fiscalía. Hizo uso de su derecho a guardar silencio. Esperará que la fiscalía presente su acusación ante el Poder Judicial.
Las autoridades tienen en su contra las evidencias de la sangre en su ropa, el destornillador, instrumento con que atacó a su víctima. También las versiones de las personas, entre ellos familiares, que sabían de los maltratos.
Delfín Huaraya, hermano de Marisol, fue entrevistado ayer por la policía de Homicidios. Este contó que venía a Arequipa para visitar a su hermana frecuentemente y sospechaba de las agresiones pero que ella lo negaba.
Ellos piden un castigo ejemplar para el culpable de la muerte. En más de una oportunidad, Delfín vio marcas de moretones y rasguños en su cuerpo, pero Marisol le decía que eran producto de caídas y rasmillones con calaminas. La familia se llevará el cuerpo de Marisol a Sicuani y también se harían cargo de la custodia del niño.