El director general de Arcos Dorados, operador de McDonald’s en el Perú, José Carlos Andrade, se pronunció sobre lo ocurrido en el local de Pueblo Libre el pasado domingo 15 de diciembre, donde Gabriel Campos Zapata y Alexandra Porras Inga, dos trabajadores de lugar, fallecieron electrocutados.
‘‘Hemos podido, en base a nuestras investigaciones, definir que por lo menos 24 horas antes (del accidente) ya se sabía que la máquina estaba presentando problemas y esa comunicación no escaló’’, señaló Andrade a América.
Él agregó que primero se debió informar el hecho a la persona responsable del área de mantenimiento para que esta intervenga de manera inmediata la máquina. Asimismo, indicó que a nivel de restaurante no se debió continuar utilizando el artefacto.
‘‘Yo no puedo explicar las razones por las cuales los chicos y el equipo no han tomado esas decisiones’’, expresó. ‘‘Lo que nosotros estamos haciendo en este momento es revisar todos nuestros procesos, todos nuestros protocolos, para asegurarnos de que una cosa así no vuelva a suceder’’, dijo.
Cuando José Carlos Andrade fue consultado si es que toda la responsabilidad caería sobre el encargado de la tienda, él señaló que ‘‘no lo puede decir’’, ya que esto forma parte de un proceso de investigación de las autoridades, quienes serán las personas que determinen cuál es el nivel de responsabilidad de cada implicado.
Por su lado, el abogado de Arcos Dorados, Claudio Cajina, dijo que frente a estas organizaciones existen distintos niveles jerárquicos y que de acuerdo a ellos se asumen responsabilidades.
“Se trata de determinar, a qué nivel se debía actuar para solucionar este problema. Al margen de eso, se trata de un accidente de trabajo, en el cumplimiento o incumplimiento de funciones. La empresa hoy asume esa responsabilidad”, aseveró.