En Latinoamérica, así como ocurrió en el Perú con el caso del Sodalicio de Vida Cristiana, aparecen más denuncias sobre abusos sexuales dentro de instituciones de la Iglesia católica, por lo que se estaría reportando la “tercera oleada” de revelaciones de víctimas, tras las primeras que se conocieron en Estados Unidos, Europa y Oceanía. Así lo señala un nuevo estudio de la ONG inglesa Child Rights International Network (CRIN).
Según esta organización referente en la defensa de los derechos de los niños, el largo silencio acabó, pero aún no hay cifras ni respuestas oficiales.
“La Iglesia de toda América Latina oculta sistemáticamente la identidad de los acusados y no remite los casos a las autoridades civiles”, precisa la investigación de CRIN, y agrega que la institución sigue sin reparar los daños de sus escándalos.
Hoy se calcula que cuatro países concentran mil denuncias contra sacerdotes que perpetraban maltratos y abusos sexuales en la región: México (550), Chile (243), Argentina (129) y Colombia (137).
En el Perú no se encontraron informes sobre el número total de denuncias de abuso sexual eclesiástico, pero el caso más destacado surgió en el 2015, cuando se supo que al menos 39 personas habían sido víctimas entre 1975 y 2002 en el Sodalicio, un grupo religioso que administra escuelas católicas.
El primer paso para que los abusos salgan a la luz, aclara la ONG británica, es el trabajo de investigación que han emprendido diversos periodistas. En el Perú, Pedro Salinas y Paola Ugaz publicaron el libro Mitad monjes, mitad soldados, que logró que “al menos seis adultos estén acusados de abuso sexual o encubrimiento, incluido el fundador del Sodalicio, Luis Figari, quien ahora reside en Roma”.
Para Pedro Salinas, en nuestro país no ha habido un interés sincero de la Iglesia en determinar el número de víctimas. “No rinde cuenta de los abusos; por el contrario, cambian de lugar a los depredadores religiosos, los encubren, los mandan a supuestos centros de rehabilitación y no los presentan a las autoridades civiles. La Conferencia Episcopal del Perú (CEP), hasta la fecha, no ha dado señales de cambiar eso, pese a que el papa Francisco ha ordenado acoger y atender a las víctimas”.
Salinas afirma que junto con el Sodalicio existen 35 instituciones católicas “comisariadas” (intervenidas por el Vaticano) que podrían ser disueltas si así lo determina. “Espero que en el 2020, si continúa el Papa y sigue con esa energía, se pueda anunciar la disolución del Sodalicio. Las víctimas siguen esperando justicia. No ha habido perdón, ni reparación para ellos”, dijo.
Tanto Pedro Salinas como Paola Ugaz, tras la publicación de sus informes, fueron denunciados por “difamación” por el arzobispo de Piura y Tumbes, José Antonio Eguren, un exmiembro del Sodalicio. El hecho fue calificado por CRIN como una censura a los medios de comunicación.
Si bien estas querellas ya han sido extinguidas, en el caso de Ugaz, ella afronta aún tres demandas interpuestas por personas relacionadas al Sodalicio.
"Como sigo investigando, esta vez el lado financiero del Sodalicio, lo que quieren es acosar e instigar al mensajero en vez de atacar el mensaje", dice.
Hace unos días, conocido el caso de un sacerdote denunciado por tocamientos indebidos en Chorrillos, el arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, condenó los abusos y consideró que debe haber una atención prioritaria, y que todas las denuncias deben investigarse. Salinas y Ugaz ven un cambio en él y esperan que los gestos se conviertan en acciones.
- En junio, la CEP aclaró que la justicia peruana podía iniciar la extradición de Figari, pues su caso no era competencia del Vaticano. Ese mes, una comisión del Congreso aprobó su informe final sobre el Sodalicio.