Mónica Cuti
Los cuestionamientos a la obra Jerusalén-San Juan de Dios no cesan. A los costos “inflados”, que se dieron en la compra de la piedra laja, se suma que el material, que ya fue colocado, presenta rupturas y, en otros casos, ha sido retirado.
La República ayer hizo un recorrido en toda la obra y se pudo observar que, en el tramo que ya está acabado, entre la cuadra 5 y 6 de la calle Jerusalén, hay deficiencias. La piedra laja está quebrada en algunos puntos y en otros fue sacada.
Sobre ello, los funcionarios de la comuna provincial de Arequipa indicaron que se hará la observación al consorcio Tallamolle, el cual vendió el material.
Tras la publicación realizada ayer por La República, respecto a las presuntas irregularidades en la compra de la piedra laja, salieron a responder el gerente de Desarrollo Urbano, César Berrios, y el subgerente de Logística, José Antonio Zea.
De acuerdo al informe publicado, el precio que se pagó por metro cuadrado (m²) de piedra laja, fue el doble del que se planteó en una primera cotización realizada en 2018. En ese entonces, costaba S/ 70 el m². Mientras que, en el proceso realizado durante la gestión de Omar Candia, se incrementó a S/138 el m². La cifra difiere también de los valores que se ofrecen en el mercado. De acuerdo a cotizaciones realizadas, los costos son de entre S/60 y S/80.
El Consorcio Talamolle, el cual ganó el proceso, le vendió el producto a S/139 el m² a la comuna provincial, por lo que la compra pasó de costar S/900 000 a S/ 1 796 000.
Sobre ello, los funcionarios César Berrios y José Antonio Zea explicaron que si bien se hicieron cotizaciones en 2018, donde se consignaba el costo de S/ 70 el m² de piedra, cuando se presentaron las empresas interesadas en ser proveedoras, los costos eran elevados y ninguna ofreció un producto de costo estimado (70 soles). Añadió que esto lo sabía la anterior gestión.
Zea indicó que el anterior subgerente de Logística, mediante un informe emitido el año pasado, ordenó que se continúe con el proceso para escoger a la empresa que dotaría del insumo. Ello, luego de ver los costos elevados del producto, pero, por el cambio de gestión, quedó paralizado. Luego, al ingresar los nuevos funcionarios, hicieron un nuevo proceso de selección y se actualizaron las cotizaciones, cuyos costos estaban entre S/ 138 y S/ 142.
Aseguró que el residente de obra también estaba enterado del incremento del precio de la piedra laja, antes de que se adquiriera.
Sobre el mal estado del material, Berrios dijo que harán un recorrido por la zona para evaluar la situación; de hallarse defectos, el consorcio debe reponerlo. Dijo también que, cuando la empresa empezó a entregar el producto, ellos hicieron observaciones y se devolvió material defectuoso. “Rechazamos varios lotes de lajas. Dentro de la residencia de obra, parte de las funciones es revisar la obra”, indicó.
También se observó el incumplimiento de las fechas para la entrega del material, pues al momento solo se habría hecho una entrega; cuando, según en el cronograma, corresponde que ya debían haberse dado otras. Sobre ello, Berrios dijo que ya se pidió la sanción. Esta se encuentra en trámite.
Ambos funcionarios no descartaron que se prescinda de los servicios del consorcio de observar fallas, pese a que la OCI ya había advertido de estas deficiencias meses atrás.
Los regidores Pedro Quispe y Jorge Condori criticaron la compra de la piedra laja. Quispe cuestionó que, desde que inició la gestión de Candia, alrededor de seis obras sufrieron modificaciones en sus costos.
Señaló que, en las sesiones de concejo, las explicaciones de los funcionarios no son claras.
Por su lado, Condori criticó que no haya fiscalización a los funcionarios y que el alcalde provincial no los cambie pese a tantos cuestionamientos.
Para el abogado municipalista y exregidor de la comuna provincial, Jorge Sumari, la explicación de los funcionarios sobre el costo de la piedra laja es pobre y no técnica.
Indicó que si un municipio adquiere un insumo o producto, el costo que se consigna de parte de los cotizadores no es muy variable respecto al monto con que se compra. De lo contrario, las cotizaciones serían insulsas.
Por su parte, el miembro de la comisión permanente del Congreso, Justiniano Apaza, dijo que el incremento de precios se presta a suspicacias y que da indicios de corrupción.