Por: Eduardo Salinas
Un conductor o un pasajero que va por la vía Ramiro Prialé en plena hora punta, hoy puede tardar hasta dos horas en trasladarse desde Lima este hasta el centro o el sur de la ciudad debido a la gran cantidad de vehículos que transitan por esta autopista desde el cierre de un tramo de la Carretera Central.
Y es que la situación que se vivía meses atrás se ha agravado ante el inicio de las obras del Metro de Lima, lo que obliga a que la mayoría de camiones, micros y autos vayan por la Prialé.
A este panorama se suman los colectivos informales que cubren la ruta de Chosica-Lima y Huaycán-Lima, y las obras inconclusas del proyecto vial que lleva varios años paralizado.
“Es un caos, tanto la Ramiro Prialé como la Carretera Central por donde pasan más de 6 mil vehículos por hora en cada sentido”, señala el alcalde de Ate, Edde Cuellar.
"Las rutas alternas no están preparadas para un flujo tan grande de vehículos (...) Nos hemos reunido con entidades del Estado para hacer cambios en el plan de desvíos porque lo planteado no está funcionando bien", señala Cuellar.
La autoridad distrital indica que se ha reunido con funcionarios y técnicos del municipio de Lima para ver temas de señalización, incorporación de más rutas alternas y para evaluar la restricción diurna de camiones en la Carretera Central, similar al plan ‘pico y placa’, que se inició hace unas semanas en fase de prueba en la Vía Evitamiento y la Panamericana Sur.
El panorama que ofrece hoy la vía Ramiro Prialé en horas punta es una serie de largas colas de vehículos en la zona donde la autopista se conecta con la Av. Huachipa. Ahí, decenas de camiones que van de Lima se encuentran con los vehículos que vienen en sentido contrario, provocando el caos.
En horas punta, la desesperación de los conductores es tal, que muchos prefieren apagar el motor y bajar de sus unidades para gritarle al viento.
Mientras las obras del Metro de Lima siguen su rumbo, la ampliación de la Av. Ramiro Prialé que conectará Lima con Chosica sigue paralizada.
Han pasado más de 2 años desde que se desbordó el río Rímac en la zona de Carapongo, producto de los embates de El Niño costero.
“La última vez que vimos que realizaban obras fue poco después del último huaico. En estos dos años nada se ha hecho, todo está abandonado, no hay alumbrado público ni otros servicios; además los camiones están desechando desmonte en la zona donde la obra había avanzado un poco”, señala con pesar Patricia Yaurivilca, pobladora de Santa María Baja.
Después de la emergencia, los trabajadores de Rutas de Lima limpiaron la zona y se fueron, y desde entonces la obra se encuentra olvidada.
Esto afecta a los miles de conductores que transitan por la autopista Ramiro Prialé, pues deben lidiar a diario con el tráfico que se forma en Huachipa, donde ni siquiera la presencia de policías ayuda a solucionar los problemas.
Hace unos meses, el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, propuso a la concesionaria Rutas de Lima elaborar un cambio en el trazo de la futura ampliación de la mencionada autopista, a fin de viabilizar su ejecución en el menor tiempo posible, pero hasta ahora no hay resultados de esa negociación y la obra sigue detenida.
Como parte del proyecto Vías Nuevas de Lima, la concesionaria tiene la obligación de construir 20 nuevos kilómetros de autopista entre la Av. Las Torres y el puente Los Ángeles (Chosica) y al menos nueve intercambios viales, tal cual se explica en la infografía adjunta.
Intervención. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) se comprometió ayer a reemplazar el puente peatonal Bailey por uno vehicular, que conectará la avenida Ramiro Prialé con la zona de Huachipa.
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