Maestro. Por varias décadas el punto cultural de Arequipa fue la persona del escritor José Ruiz Rosas. Falleció ayer, pero su obra y trabajo en pos de la cultura sobrevivirán por generaciones. ,Hasta siempre, poeta: José Ruiz Rosas fallece a los 90 años,Hasta siempre, poeta: José Ruiz Rosas fallece a los 90 años,Hasta siempre, poeta: José Ruiz Rosas fallece a los 90 años,Su profusa barba y mirada sosegada daban a José Ruiz Rosas el aspecto de gran maestro, y verdaderamente lo fue, para muchos de los noveles escritores arequipeños que buscaban orientación en el poeta, allá por el siglo pasado. Esos escritores sienten hoy la muerte de su maestro, el poeta que nació en Lima pero que hizo su vida en Arequipa. No solo ellos, las letras peruanas están de luto por la partida de “Pepe”, como lo llamaban de cariño sus amigos y familiares. Por varios años el punto cultural de la ciudad no fue un lugar, sino una persona: José Ruiz Rosas. Ya sea que estuviera en la faceta de poeta, dueño de la librería Trilce o funcionario, Pepe siempre fue un promotor de la cultura. PUEDES VER: Se investigó a cuatro sacerdotes por actos contra la moral Así lo avala el poeta Oswaldo Chanove, quien asegura que “la dimensión intelectual de José Ruiz Rosas atrajo a muchos de los más grandes escritores y artistas nacionales” a la ciudad de Arequipa, cuando se le nombró director del Instituto Nacional de Cultura, entre 1977 y 1979. Luego de ejercer este cargo, fue director de la Biblioteca Municipal hasta 1991. Se jubiló de las funciones públicas y se dedicó a la escritura. Ayer falleció a la edad de 90 años en Lima, sin embargo, será velado mañana en el Museo Histórico Municipal de Arequipa. Bajo el Misti José Ruiz Rosas nació en Lima en 1928, pero el asma lo aquejó desde muy joven. La búsqueda de parajes con menor humedad que la capital lo trajo a la ciudad de Arequipa en 1949. En esta ciudad se estableció, conoció a su esposa Teresa Cateriano y tuvo cuatro hijos. Su compañera señaló que la enfermedad del poeta marcó su vida. Juntos emprendieron varias empresas donde Ruiz Rosas contribuía al detrimento, en afán de la promoción de la cultura. Uno de estos negocios era la impresión en mimeógrafo. Eduardo Ugarte y Chocano recuerda que este emprendimiento se encontraba en la calle Puente Grau, muy cerca de la casa del matrimonio. Al lugar llegaban varios universitarios para copiar sus tesis. Antes de proceder con la impresión, Ruiz Rosas se daba tiempo para corregir la ortografía y el estilo de los textos universitarios. Lo hacía gratis. Otro emprendimiento que terminó en la quiebra fue la librería Trilce. El matrimonio abrió este negocio en la calle Palacio Viejo en 1958. Su buen catálogo fue la miel que atrajo a varios escritores como César Atahualpa Rodríguez, Guillermo Mercado, Vladimiro Quiroga, entre otros. Se hicieron amigos de tertulias de Ruiz Rosas, quien bajó el tono de su timidez a causa de este negocio. Compartía con ellos sus poemas, que empezó a escribir desde la secundaria. PUEDES VER: ¡Gracias Crackchete! El ídolo de Melgar que lo dio todo por la rojinegra Muchas veces el dueño de la librería regalaba su mercancía. Eso no fue bueno para el negocio, pero tuvo un resultado mayor en pos de la cultura arequipeña. Chanove lo narra así en un texto de homenaje: Cuando era joven se juntó con un grupo de amigos para fundar la revista Roma. Fueron a buscar al poeta a su casa con sus manuscritos. Mientras exponían, esperaban alguna reacción del escritor, más allá de los ojos entrecerrados y una vaga sonrisa. Terminaron de recitar y al rato Pepe se incorporó y abandonó la habitación. Antes de abandonar la vivienda abatidos, el poeta se apareció con un montón de libros y se los regaló. "A cada uno le tocó el material exacto de lectura, autores que eran coherentes con lo que estábamos trabajando, autores que inmediatamente se sumaron a don Pepe como imprescindibles maestros", señala el escritor. Ruiz Rosas fue el padrino de varias generaciones de escritores. Pero también brilló con estela propia. Ganó el Concurso Internacional de Poesía Universidad Nacional Autónoma de México. Fue incorporado a la Academia Peruana de la Lengua en 2008, entre otros laureles.